“¿Y tienes novia?”, preguntó aquella vez mi buen amigo “El Pili”, dirigiéndose a uno de los voceadores. “¡Sí! – contestó éste con aplomo – ¿Pero seguro se van a sorprender si les digo quién es?”.
El diálogo tuvo lugar en las oficinas del Express Regional; y a decir verdad, no esperábamos una respuesta positiva, por eso, los que ahí nos encontrábamos nos sumamos a esa conversación, atraídos por el tema.
De tez blanca él, complexión delgada y caminar lento, el muchacho realmente nos dio una cátedra de lo que es el verdadero amor; e incluso pronunció varias frases que, para mi gusto, están plagadas de una profunda filosofía.
Al instante recordé aquella historia que me narró un amigo hace alrededor de cuatro años y que dice más o menos así:
“Un día, en la soledad de la noche y en la humedad de la lluvia, iba un caminante solo y sin ilusiones. Su mente la ocupaba en revivir siempre aquel amor que le rompió el corazón; y esto solo por ser limpio y sincero, por decir la verdad con el corazón y no con la boca, pero aun así ella no escuchó.
Él, muy triste aceptó su decisión; y después de esto regresó del pasado para ver que a la orilla del camino estaba una flor muy bella. Él se puso muy feliz al ver aquel capullo. Su tristeza se desvaneció y su sonrisa floreció.
El problema es que la flor estaba algo marchita y triste ya que le hacía falta compañía, así es que la llevó a su casa. Allí reverdeció y floreció. Estaba muy feliz al encontrar viva la noble planta.
Un día, cuando se preparaba para comer, alguien tocó la puerta. Abrió y se sorprendió al ver a una linda mujer. Aunque era bella, él no se guió por lo externo, ya que el miraba el corazón:
- ¿Qué quieres – le dijo el caminante –?
- Quiero solo admirar la belleza de esa flor que sobrevivió gracias al amor y pureza del amor que usted le tiene. Pero dígame, ¿cómo se llama?
El caminante respondió:
- Solo dime “poeta”; ¿y tú?”
- Me llamo vida…
Después de unos meses, se vio a lo lejos a poeta junto con la vida caminar bajo la lluvia, con una flor entre sus manos, como dos enamorados.
El amor verdadero y puro que llega de repente sin que nadie lo sepa. Tal vez sea alguien que está enfrente de ti y tú no te des cuenta. Solo recuerda una cosa: Al amor hay que aceptarlo, porque el amor es agua en el desierto.
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