El tren ha comenzado a moverse. Está cargado de gente de todas las edades, la mayoría obreros y jóvenes estudiantes de universidad, tanto hombres como mujeres. Cerca a la ventana se sienta un anciano con su hijo de 30 años.
Mientras el tren se mueve, el hijo está sobrecogido de gozo, encantado por el paisaje fuera.
– Ve, papá, el paisaje de los árboles verdes alejándose es muy hermoso.
Esta conducta del hijo hizo que los demás se sintieran incómodos con él. Todos comenzaron a murmurar una cosa u otra acerca de este hijo.
– Este tipo parece estar loco – dijo el recién casado Mariano a su esposa.
De repente comenzó a llover. Las gotas de lluvia cayeron sobre los pasajeros a través de la ventana abierta. El hijo de 30 años, lleno de gozo decía:
– ¿Ves, papá?, ¡cuán hermosa es la lluvia!
La esposa de Mariano se molestó con las gotas de lluvia, ya que caían sobre su nuevo vestido, dañándolo.
– Oiga, ¿no puedes ver que está lloviendo? Usted, anciano. Si su hijo no se siente bien, llévelo a un asilo mental pronto y no moleste a los demás.
El anciano titubeó primero y entonces contestó en tono bajo:
– Es que, acabamos de regresar a casa del hospital. Mi hijo fue dado de alta esta mañana. Nació ciego y no fue sino hasta la semana pasada que recobró la vista. La lluvia y la naturaleza son nuevas a sus ojos. Por favor, perdónenos la inconveniencia causada.
¡Cuán necesario nos es el “empalizar” con los demás y tratar de colocarnos en sus zapatos! Y es que muchas veces lo que aparenta ser la realidad a primera vista, simplemente no lo es.
Tal vez la clave consista en siempre darle a los demás el beneficio de la duda, reconociendo que lo que hacen debe tener sentido en sus mentes y corazones, que tal vez sea motivado por un trasfondo distinto al nuestro y que tal vez sea solo una reacción transitoria.
Dejemos de jugar a ser Dios y aceptemos que nunca tendremos toda la información ni comprensión completa de situación alguna y que, al emitir juicio debemos estar conscientes de ello. Si así lo hacemos, podremos siempre extender una mano amiga y tierna a quien ha experimentado menos bendiciones que nosotros.
Discussion about this post