Un día, un hombre sabio y piadoso clamó al cielo por una respuesta. El hombre aquel encabezaba un grupo de misioneros que oraban por la paz del mundo, para lograr que las fronteras no existieran y que toda la gente viviera feliz.
La pregunta que hacían era:
- ¿Cuál es la clave, Señor, para que el mundo viva en armonía?
Entonces, los cielos se abrieron y después de un magnifico estruendo, la voz de Dios les dijo:
Todos los misioneros se veían entre sí, sorprendidos y extrañados de escuchar tal término de la propia voz de Dios.
El hombre sabio y piadoso preguntó de nuevo:
- ¿Comodidad Señor? ¿Qué quieres decir con eso?
Dios respondió:
La clave para un mundo pleno es: Como-di-dad. Es decir, así como yo les di, dad vosotros a vuestro prójimo.
Como di, dad vosotros fe; como di, dad vosotros esperanza; como di, dad vosotros caridad; como di, sin límites, sin pensar en nada más que dar, dad vosotros al mundo… y el mundo, será un paraíso.
Sigamos la clave de COMO-DI-DAD.
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