Report-arce
Me recuerda Jesús que su señora se llama Mariana, cambié el nombre porque contemplaba el paisaje regalado en las prácticas de rutina. Le pregunto que por qué abrir una academia de baile. Casi siempre se busca tener un equipo de futbol infantil, ballet folclórico o danza autóctona. Contesta que de adolescente le gustaba bailar los ritmos pegajosos de aquellas épocas, inclusive en fotografías salían haciendo señales con las manos retorcidas.
Desde la secundaria le dio por bailar rap y breakdance y se cuerpo se transformaba en una vendaval, en lo vertiginoso de moverse horas sin parar. Un espíritu libre y acompañado de otras parejas participaban en el gobierno de Ramón Parra, se está escribiendo de más de veinte años. “Era para la chavalada y puro cotorreo”, y presiento que en este momento vuela hasta esos tiempos.
Estudió en el Instituto Cultural Cabañas y colaboró en cultura en los gobiernos de Tlaquepaque y Tonalá, con el grupo Kodak y en el IMSS. Mariana se acerca y pronto en corto me dice que estudió en CEDART, en el José Clemente Orozco de Bellas Artes y cuenta con licenciatura profesional de media danza donde bebió la savia del ballet clásico, contemporáneo, folclórico, expresión corporal, ballet en punta.
Pienso en voz alta: esta pareja nació tal para cual, sienten y viven el amor intelectual. Me imagino las conversaciones en torno a su pasión del baile, la manifestación del alma en su esplendor. El compartir fomentando valores como la disciplina, la belleza, la realización del arte y la riqueza espiritual cuando por medio de tu cuerpo logras liberar, expresar con belleza el lenguaje que existe en ti y haces metáforas en tus movimientos de brazos sincronizados con tus piernas y el cuello, el rostro ante los desafíos que perduran gracias a la tenacidad, el sacrificio y la unión, los compases con los que participan contigo en gestos y señales que somos todos el universo.
La plasticidad cuando se devela el artista que vive en tinieblas y logras liberarlo como libélula, agua de manantial, explosión de luces como la conjunción de corazones de pétalos al viento.
Bajo del cosmos y la poesía, piso tierra firme ante el reto de sostener la academia. Tienen cuarenta y cinco alumnos aquí, 26 en Ahuacatlán, en donde era el Club de Leones, Avenida 20 de Noviembre con esquina Limón Persa. Los horarios son martes y jueves, de cuatro a cinco de la tarde para las pequeñinas de tres a seis años en su iniciación, después de 5 a 6 pre ballet para las de siete a diez años.
Finalmente de 7 a 8 de la noche los ensayos para los que participan en eventos especiales, de fiestas en pueblos y giras como al estado de Aguascalientes. En Ahuacatlán los horarios son lunes, miércoles y viernes, de cuatro a seis treinta de la tarde. El costo de inscripción son de cien pesos y la mensualidad es doscientos pesos. Mariana me explica que el ballet tiene un lenguaje universal y aunque tiene su origen en Francia y tengan nombres de ese país, los amantes del baile saben lo que significa como adagio y allegros.
Se utilizan las técnicas y fortalezas en la elasticidad, fuerza, estética, porte y flexibilidad. La coordinación y el seguimiento a una canción. Me gusta lo que dice y la frase: “la expresión de los sentimientos”. Pienso que es lo mismo cuando uno sufre tanto para inventar una frase melodiosa en la hoja blanca.
Desde el año 2000 están en esta brega artística y me regalan el volante de colores donde invitan a todos niños y grandes a compartir la obra musical “La Magia de los Sueños”, con idea original de Ángel Arellano, este próximo sábado 30 de julio en Ahuacatlán en el Club Social y Deportivo y el domingo 31 en el salón de eventos La Troje; iniciando a las siete treinta de la noche.
En diciembre pasado presentaron El Cascanueces y el público se contagió tanto que se animaron a llevar a cabo estas presentaciones. Antes de despedirme me ofrecen el número de teléfono para que el que desee comprar boletos puedan llamar al 324 103 17 22.
Me llevo como una estela que suena el eco cuando manifiestan que están agradecidos con las madres y padres de las niñas porque han ganado la confianza por el trabajo constante y que valoren el desarrollo de sus hijos cuando les sirve para superar deficiencias y que deben de ir el estudio y las creaciones artísticas tomadas de la mano.
Salgo del castillo de sueños y me voy por la calle tratando de volver a caminar las esquinas de las rutinas. Ya entendí el nombre: PALÚ, por Parra y Luna.
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