IXTLÁN DEL RÍO.- Las posturas son radicales. Nadie quiere ceder; todo mundo busca resolver sus asuntos de acuerdo a sus propios intereses. Los trabajadores del SUTSEM siguen posesionados de la presidencia municipal. El personal de base mantiene la esperanza de que se les cumpla con sus pagos. El alcalde tampoco parece ceder y ahora se encuentra entra la espada y la pared debido a otros problemas internos en donde se involucra también a los regidores. Y la ciudadanía, mientras tanto se desespera cada vez más ante la inflexibilidad de unos y otros.
El problema, lejos de resolverse parece agudizarse; y han llegado a tal grado que se ha llegado hasta a las amenazas y de pronto todo parece salirse de control. Incluso se ha tenido que recurrir a la policía para controlar presuntas intimidaciones.
Los habitantes han venido padeciendo también las limitantes de los servicios públicos municipales y entre los cuales habría que destacar la recolección de basura, la expedición de actas relacionadas con el registro civil, trámites de pasaportes y documentos diversos.
Con el cierre de sus oficinas algunos funcionarios y regidores decidieron despachar desde el kiosco público, ahí en corazón de la ciudad. Estos últimos, por cierto, aclararon ayer que es mentira que vayan a recibir un bono de 100 mil pesos por fin de trienio; en cambio aducen que los reclamos de los trabajadores del SUTSEM son inconcebibles, desfasados e inaccesibles.
La ciudadanía, en tanto, recrimina a unos y a otros debido principalmente a sus sueldos ostentosos, a la disparidad que existe entre sus percepciones y las que recibe un jornalero. Y este caos parece que se agudizará aún más durante este período de fiestas.
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