- A la señora María Nieves, incansable aliada de don Chico.
Su casa por la Eulogio Parra a unos pasos de la capilla del Sagrado Corazón se convirtió en una fortaleza para todos los hambrientos y sedientos de las utopías. La casa de dos plantas, con su pequeño jardín en el frente, aún sin terminar y su pequeño librero de lectura revolucionaria. Don Chico sentado y con sus lentes leyendo, volteaba de pronto y nos recibía cálidamente “hola Rigoberto”.
Surgieron organizaciones como MAUS (Movimiento de Acción y Unidad Socialista), PRT (Partido Revolucionario de los trabajadores), PPM (Partido del pueblo mexicano) y junto con el ilegal Partido Comunista Mexicano desde la clandestinidad optaron por aceptar la Reforma Política promovida desde el gobierno de José López Portillo en 1978.
Movimientos constantes con don Chico ya que la hoguera seguía encendida de esperanzas y allí nos educamos porque aunque se tenían reuniones desde 1976 en una casa por la calle Madero, recuerdo al profesor Fidencio Mojarro; ya lentamente fuimos abrazando otras corrientes de pensamiento y el PPS quedó como un fósil por no apoyar la lucha contra el fraude; se quedó con un profesor que siguió creyendo Francisco Peña Cervantes y nosotros los jóvenes ya estábamos con la necesidad de irrumpir en la vida electoral y en 1979 estuvimos participando con la Coalición de izquierda dentro de la legalidad en las elecciones para diputados federales.
Se creó un ambiente de camaradería y desde el cuartel general sentados en la sala nos sentíamos vivos porque personas experimentadas como don Chico nos daba la confianza porque tenía la virtud de escuchar y de trasmitir las vivencias como de aquel mitin de cierre de campaña en el centro de Tepic donde durante dos horas ante un lleno impresionante la gente inmóvil escuchando una tesis política del orador Alejandro Gascón Mercado.
La generación de jóvenes más la capacidad y serenidad del profesor Pablo Balbuena iba tomando forma y a nivel nacional se obtuvo un millón de votos y llegaron a la cámara de diputados elementos tan valiosos como Gerardo Unzueta, Pablo Gómez, Arnoldo Martínez Verdugo y Valentín Campa.
Pronto la casa se fue llenando de carteles, botes de pintura, brochas, un aparato de sonido con su bocina orejona. Llegaban personalidades de la Universidad de Guadalajara uno de los hermanos Ramírez Ladewing, de Tepic, Raúl Rea Carvajal, Stephens García, Miguel González Ibarra y sobre todo Alejandro que llegaba con toda la confianza para pedir frijoles fritos y jugo de toronja.
Atentos estábamos ante las ideas formidables de justicia en un México difícil y ante los retos endémicos de la pobreza, el desempleo. Surge el PSUM (Partido Socialista Unificado de México) y aquí en Ixtlán en 1981, se nombra a don Francisco Sánchez como nuestro candidato a la presidencia municipal y el adversario por el PRI fue el profesor Ramón Parra Rivera. Por la gubernatura Manuel Stephens y Emilio M. González.
Se recorren los barrios, las colonias y las comunidades haciendo campañas elementales y humildes sin estridencias ni templetes, ni luces, ni trayendo bandas musicales para hacer creer que se cuenta con la simpatía y la compra de votos con tarjetas inventadas. Aportábamos económicamente lo poco que teníamos para comprar hojas, esténcils y gasolina.
Nos embargaba la emoción cuidar, casillas, prepararnos para conocer la ley electoral, contar los votos y sobre todo el compañerismo por la forma de ser diferentes y entrarle al rodeo de la discusión con los toros bravos de la política, mis profesores.
Sus hijos Margarita “Tita”, Memo, Javier, Ramón, Juanito muy pequeño y la señora de don chico, doña María Nieves en compañía de los jóvenes inquietos andábamos perifoneando en una camionetita amarilla que apenas cabíamos el chofer y el que iba arengando; entregando volantes y sobre todo intentando convencer a una población que daba muestras de alejamiento y decepción para ir a las urnas.
Se pintaban bardas y se tenía a un tremendo orador local: José Luis Sánchez González. Las noches con las tenues luces públicas nos sorprendían en El Terrero y Méxpan. Don Chico donde quiera tenía conocidos por la manera de ser solidario y sobre todo congruente con las ideas y los hechos, aunados a ser una persona trabajadora porque rápidos se iban a trabajar al rancho La Ciénaga en momentos que se requerían y allá los veía uno regresar en esa conocida y necesaria pequeña camionetita, que servía hasta de templete, para estar a tiempo en lo que seguía.
Le corresponde a don Chico representarnos como regidor en 1984 en el Ayuntamiento encabezado por Antonio Tovar. Ya en estos tiempos el partido se fortaleció con la participación del profesor José Luis Dueñas, que laboraba en el CECyT impartiendo matemáticas.
Le corresponde a don Chico representarnos en la cámara de diputados de Nayarit de 1987-1990. Surge el PRD y con ella el ramillete de ilusiones y el deseo del cambio porque en 1988 Cuauhtémoc rozó la victoria que no le fue reconocida en unas polémicas elecciones presidenciales. Incansable don Chico promotor de las afiliaciones y junto con Miguel González en los veinte municipios fundan las cajas solidarias Sol Azteca, participa en los movimientos de gestionar colonias populares y la última fue la de las 7 Higueras.
Personaje socialista valorado por los hombres y mujeres que al entrar a su casa sabían de la calidad de don Chico: Valentín Campa, Heberto Castillo, Rosario Ibarra de Piedra; los zapatistas, los radicales de Oaxaca y tantos más que siempre la puerta estuvo abierta para todos.
Recordarlo en el estrado junto a candidatos y un invitado especial Andrés Manuel López Obrador Cubrir muchas actividades de su vida menguaron sus fuerzas y en un 18 de diciembre del 2009, fallece nuestro respetado y amigo de mil batallas: don Francisco Sánchez Delgadillo.
Públicamente manifiesto que es de los hombres que dejaron una huella imborrable en mi andadura y un legado que será patrimonio para nuestro querido municipio. Don Chico es de los hombres que nunca mueren.
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