¡URGE VACUNA!
Enrique Escanio Andrade
Hace algunos días, en fin de semana, me la pasé echadote por culpa de las vacunas contra la influenza estacional y la A/H1N1 que me aplicaron y que me hicieron una reacción que me mantuvo en estado de hueva, surgiendo de inmediato los reproches de parientes y amigos. Unos me decían: — ¿Cómo dejaste que en ti experimentaran, si dicha vacuna –AH1N1– no sirven pa nada, no ves que fueron elaboradas al vapor?; y pa acabarla, por China, y tú sabes que muchas de las cosas que allá producen, por abaratar costos son de pésima calidad.
Otros me dicen que fui otro conejillo de indias, porque dichas vacunas no se han experimentado en laboratorios, que por ello, los japoneses rotundamente se negaron a su aplicación y que en otros países no la aceptan del todo. Inclusive -continuaban– aquí en el país, muchas personas se resisten a aplicarse la susodicha vacuna; entre ellas, quienes tienen relación con la salud: Médicos, enfermeras, etc. Así que con mi quijotesca figura, mi costal de huesos todo dolido por la mentada inoculación, soporté los reproches. Consejos, sugerencias, dicen mis amigos.
Pero bueno, si serví de conejillo y eso me mantiene por lo menos un año inmune a la mentada influenza, valió la pena las molestias que mi escuálido organismo resintió; pero lo que preocupa es que no exista vacuna para la “INFLUENCIA A/HLNL”, que la PROFE TISA Gordillo nos sentenció en el mes de marzo del 2009, durante su discurso frente al presidente Calderón, al secretario de Educación, Alfonso Lujambio y cientos de estudiantes de secundaria: “Es imprescindible garantizar…para nuestros alumnos, los directivos de las escuelas, la comunidad en su conjunto sean oportunamente vacunados contra la INFLUENCIA A/HLNL ANTE EL POSIBLE REBROTE…”
Y aunque no es mortal esta “INFLUENCIA”, sí es contagiosa, y muchos en mínima o gran parte la padecemos. Se extiende como epidemia y se ha venido acentuando desde tiempos de Vicente Fox, en quien dejó serias secuelas, pues recordemos que tenía a su servicio un intérprete para traducirnos lo que en sus mensajes quería decir; y al final de su sexenio tuvo que admitirlo cuando en una entrevista responde: “Yo digo cualquier tontería. Total ya me voy… Y qué decir de don Felipe de Jesús Calderón con su “haiga sido como haiga sido”…
En el lenguaje de jóvenes –y algunos no muy jóvenes–, se ha instituido el vocablo “güey” o “wey”, muy usual en las charlas. Es como para hacer pauta, semeja la coma en la escritura. Caray, tanto trabajo que les da a los padres cuando nace el bebé para escogerle un nombre. Ven el santoral los nombres de los personajes de novelas de moda; opinan las abuelas, parientes y amigos cómo llamarán el niño por nacer para que al fin, cuando crece, le jinquen el “wey”, nombrecito que cargará más allá de la adolescencia y sin duda con los años, en vez de nombrarlo por el titulo profesional o por el oficio laboral que haya adquirido, simplemente será “wey”, y no es privativo del sexo masculino, se ha extendido al femenino, quizás por aquello de la equidad y genero.
La correspondencia que se utilizaban entre parientes y amigos, con escritura estilizada –algunas con bonita caligrafía– (¿Qué es eso?); las cartitas de amor y los telegramas, ya pasaron a mejor vida; ahora son los correos electrónicos, los mensajes de texto en los celulares con un idioma diferente, al que todos nos vamos acostumbrando, así vemos algunos textos, con modismos extraños: “Olaa pzz aqi andaamozz ee zaaalep pz no tengo muxoo qee desiir zaaaaz noos veemooosz te cuidaasz byee”… Yy nunca de loosz nunkasz noosz vamoosz a enfadar iia sabesz qkee eszto es para siiempree. Yy nunca olvidesz qkee teesqkieromucho. No hay pex”.
Recuerdo en mi pueblo, Ixtlán, tierra de Dios y María Santísima, los modismos que se escuchaban; y dado que venían de personas como yo, con poca preparación, resultaban muy comunes al oído.
Cuando una joven ya no amanecía en el barrió se decía “Se juyó con fulano”. Era muy común el “vide” en vez de vi; “ansina” en vez de así, “Pecsi Cola”, etc. Pero ahora el desquebrajado idioma por jóvenes que serán los profesionista futuros, están deformándolo feamente. Imagino cómo redactarán sus informes los funcionarios, las leyes los diputados, los ejecutivos de las empresas, las recetas de los médicos; si ahorita no se les entiende, en el futuro será peor.
En fin, si la influenza A/H1N1, con la vacuna que me aplicaron resulta efectiva y no pirata o marca patito, pues me hace los mandados por lo menos en un año; y si la “INFLUENCIA Gordillo A/HLNL” me pone al borde de los rebuznidos, pero no provoca migraña o algo parecido, ya la hice. Pero lo que preocupa es la inseguridad que padecemos millones de mexicanos que podemos estar en el fuego cruzado, o ante retenes en los cuales pueden confundirnos el ejército o los miembros del crimen organizado, pues nos damos cuenta la cantidad de vidas truncadas, inclusive de jóvenes y niños.
Pero ¡Aleluya!, de última hora surge algo alentador cuando nuestro superprotector, “SFJ” –Súper Felipe de Jesús–, frunciendo el ceño como encabronado, para impresionar, arremete contra los malos a los que los califica de “…bola de maleantes, son una ridícula minoría montada en el miedo…”
¡Uf!; Yo pensé que eran muchos. Eso ya tranquiliza y además, las condolencias a los dolientes está garantizada. Luego Mr. TELMEXTELCEL… dice que no hay temor, que él se pasea tranquilo; aunque claro con un séquito de guaruras. Esto, en desventaja a los millones de mexicanos que salimos a diario a nuestras actividades, con la bendición divina y nuestro ángel guardián, pidiéndole no se distraiga ni se deje sobornar… escanio7@hotmail.com
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