Ahuacatlán, marzo 15.- (Francisco J. Nieves Aguilar).- Mientras que sus adversarios políticos navegan entre los “dimes y diretes”, el ex empleado jubilado de la Recaudación de Rentas, Galdino Romero Bernal, continúa avanzando firmemente fortaleciendo y enriqueciendo su proyecto a través de la comunicación directa con la gente.
Romero Bernal, como es del conocimiento, ha fijado su vista en el edificio de la calle Hidalgo y 20 de Noviembre, sustentado en el apoyo que le han brindado millares de personas, tanto de la zona urbana como de la rural y serrana.
Galdino había buscado en primera instancia el cobijo del Partido de la Revolución Democrática, pero ante las sucias maniobras que se dieron a nivel estatal entre el PRD y el PAN, dejó la nave de la incongruencia para aceptar el ofrecimiento de la alianza PT-Convergencia.
Su proyecto ha estado creciendo como la espuma; por eso, sus adversarios han querido denostar su imagen inventando una y mil cosas, como es el hecho de afirmar que brincará también las trancas de esta alianza para enlistarse en otro partido. “Mis ideas no está en venta”, habría dicho durante un encuentro con campesinos de Marquesado, no hace muchos días.
Es la guerra sucia de la política, la de los golpes bajos, la de las zancadillas, pues existe gente muy interesada en tratar de destruir su imagen por razones de peso; primero porque es indeclinable en su proyecto; y segundo porque ven en él al político congruente, de ideas de vanguardia, sagaz, inteligente en sus declaraciones y cumplidor con su gente.
Galdino Romero ha desmentido una y otra vez que vaya a abandonar su proyecto; y asegura que nada ni nadie lo detendrá y que combatirá la guerra sucia con trabajo, con propuestas objetivas para un mejor Ahuacatlán. “Ellos que se ahoguen en su propia tierra”, se le escuchó decir durante la misma conversación que sostuvo con agricultores de Marquesado.
Romero Bernal, cabe decir, proviene de una familia humilde pero de espíritu progresista. Su trato sencillo y chirigotero forma parte de sus muchas cualidades. De ahí el miedo de sus adversarios políticos.
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