- AL INFORME SE SUMAN LOS LEGENDARIOS LUCHADORES SOCIALES: JOSÉ LUÍS SÁNCHEZ Y SALVADOR CASTAÑEDA O’ CONNOR.
IXTLÁN DEL RÍO.- Jueves de reposo. La ciudad vive su tarde de lentitud. El paso de las horas porque cierran los comercios y el poco tráfico aunado al sopor hacen posible sentir la tranquilidad de nuestros pasos. Mientras el lugar del encuentro se llena de igual manera.
Vamos llegando al Hotel Hidalgo para ser testigos de la magistral conferencia del investigador Antonio Chumacero, quien desde enero presentó un diagnóstico de la coyuntura económica y social de la sociedad nayarita en la emblemática biblioteca Marx – Lenin de la Universidad Autónoma de Nayarit.
Al ver el impacto provocado por la cifras, decidió recorrer el estado iniciando por Acaponeta; y aquí lo tenemos ante más de cien personas que acudieron al llamado.
La regidora Marisol Sánchez presentó a la mesa de invitados especiales: al licenciado José Luís Sánchez, Pablo Balbuena y a un viejo comunista aliado del líder Alejandro Gascón Mercado, nos referimos a Salvador Castañeda O’connor.
Se cede el micrófono al licenciado Chumacero, el cual con unas tres hojas desdibujó la propaganda oficial para presentarnos una radiografía dónde el primer síntoma es que hay 265 mil nayaritas que no tienen para comer; más de 100 mil son extremadamente pobres. Otro golpe: más de medio millón no tiene ingresos suficientes para vivir con dignidad, y otros 200 mil apenas le alcanza su salario para malvivir.
Las cifras continúan: se sabe que 80 mil carecen de agua en sus casas, que 200 mil nayaritas están rezagados en educación y otros 200 mil carecen de servicios de salud. El desastre continúo cuando supimos que de las 600 mil hectáreas que tiene el estado sólo se cultiva el 60% y que 250 mil de ellas están ociosas. En 22 años de la Presa de Aguamilpa no se tiene un buen distrito de riego. Con tres presas de hidroeléctricas no se tienen tarifas preferenciales. No se nos compensa el uso de nuestra agua por parte del gobierno federal.
En Bahía de Banderas se ocasiona la extranjerización de una zona turística, llegando al descarado despojo a los ejidatarios de sus añoradas tierras.
Necesito descansar por lo abrumado de datos y más datos escalofriantes que como dijo José Luís Sánchez González, “son crudos, crueles, pero ciertos”. Un silencio que delinea el interés. Nadie habla. Simplemente están imantados por la elocuencia de las investigaciones que se requieren método y paciencia.
Me fijo en los presentes y son estudiantes. Identifico a Miguel Ángel Medina, personas que simpatizan con la izquierda: Miguel González Ibarra, Kiko Arce, miembros del Consejo de Opinión Pública, Pablo Balbuena, Guillermo Venegas, Ricardo Cambero (el de “Milpa de Cantos”), Enrique Berumen y José Luís Díaz, quienes en uno de sus artículos retoma estos datos para su publicación en la gaceta informativa.
El conferencista vistiendo camisa a cuadros y manga corta, de pelo cano y con lentes de aumento, termina dando a conocer que Ixtlán no escapa a la dimensión de soledad y ausencia de ingresos: de 30 mil habitantes, el 51% son pobres, y el 7% son extremadamente pobres. En cifra de miles podemos extraer que más de 17 mil seres humanos en nuestro municipio son pobres y muy pobres.
En la región sur que abarca Ahuacatlán, Jala, Amatlán y nosotros de Ixtlán, somos más de 45 mil quienes vivimos en la pobreza. El economista nos conforta cuando nos entrega una dosis de optimismo al decirnos que Nayarit tiene una excelente ubicación geográfica y que estamos muy bien comunicados porque por avión, barco, tren, auto e Internet, podemos salir y regresar.
Esbozo una sonrisa porque me gana la acidez de la ironía. Les dejo a José Luís, con su rostro cansado y clásico bigote, pero sobre todo con su plática oratoria y recurso del vocabulario abundante:
“Desde el tiempo de Carlos Salinas se fue gestando esta política neoliberal que ha dejado sumida a la población en el desempleo, en la pobreza; mientras se ha constituido un gobierno corrupto que hace cada vez más ricos a los ricos… Se requiere entonces de una política de inclusión, porque ante el desastre urge cambiar el rumbo, cambiar las políticas económicas ante esta fábrica de pobres. Nayarit no puede con tantos recursos naturales, tener un pueblo que vive en la miseria. Lo que presenta Antonio Chumacero es un diagnóstico de la indignación. En Ixtlán tenemos un gobierno quebrado que no puede pagar los laudos. Un gobierno con exceso de burocracia. Formemos un frente de ciudadanos sin distingos partidistas para cambiar la realidad de los nayaritas”.
Aplausos.
Se levanta Salvador Castañeda y arenga como en aquellos mítines en mi adolescencia cuando en las plazas abarrotadas nos emocionaban los discursos que nos encendía el rostro y el corazón, creyendo en el socialismo como una esperanza de vida. Aquí está con los años en su cuerpo. Las cejas canosas y sus ojos aún con el brillo de las batallas y la nostalgia de aquellos hermosos días:
“Son una bola de sinvergüenzas, represores, los del gobierno que están al servicio del imperio norteamericano. La privatización del petróleo y la electricidad es un atraco. Desde la matanza de Acteal hasta Ayotzinapa es parte del holocausto. El 60% del territorio mexicano está en manos de extranjeros. El ejemplo está en las costas del Pacífico. Me dio tanto coraje que en Semana Santa en Nuevo Vallarta, soldados expulsaran a una niña de una playa de un hotel de lujo, cuando las playas son de los mexicanos. Llegó la hora de pelear, de resistir, independientemente de los partidos políticos”.
Entramos al terreno de preguntas y respuestas que por poco se convertía en un mitin ante agravios, corajes y demás que están siempre acechando en la sangre que agolpa la mente y se transforma en emociones encontradas.
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