El tema ya lo tengo; pero resulta que no hallo la forma cómo empezar a desarrollarlo. Amanecí mas tonto que de costumbre. Y no es por echarme porras ¿eh?, ¡Pero es la puritita verdad!
El intenso calor y la fiebre del fútbol me tienen en este estado. ¡No me puedo concentrar!; y por si fuera poco la inche musiquita de los políticos está desviando mi atención. ¡Ah cuanto méndigo alboroto!
Anoche me estuvieron acosando con preguntas: que si a quien le voy, que quien creo yo que va a ganar el mundial, que si va a jugar el Chicharito, que la camiseta verde, que la rosa ¡Ufff!
¿Y qué creen? Hoy pude por fin dialogar con la Señorita México 1994, Claudia Hernández. Fue una especie de charla-entrevista que pienso plasmar el próximo lunes. Pero, ¡Fue un placer conocer a esta hermosa mujer nayarita!
Pero bueno. Tal vez cuando usted lea estas líneas ya sabrá el resultado entre México y Camerún. Espero que sea positivo y que nuestra selección supere esta primera prueba ante esos venados.
Hoy “me enguelgo”. Tomé clonazepan y no sé cómo amanezca. Mañana viernes no escribo; pero, ¡tampoco me puedo perder este partido!, ni el que viene, ni los de mañana, ni los de pasado, ni los del jueves, sábado, lunes, miércoles, martes, viernes o domingo – ¡Y me vale Wilson escribirlos en desorden! -.
Quiero decirles que quiero ver el mundial en paz. Si alguna vez me buscan y les dicen que no estoy, es porque no estoy, no estoy ¡Y no estoy! Es por demás que intenten localizarme; me voy a encerrar a cal y piedra en mi cuartucho y no le voy abrir a nadie, ¿Oyeron?, ¡A nadie!
Sí, ya se que mi vieja Panasonic que compré en el 2000 distorsiona las imágenes. Los “monos” se ven chaparros, gordos y cabezones, pero eso no me importa, ahí voy a ver el fútbol. No necesito pantallas de plasma o LSD, que al cabo eso no va a alterar los resultados, ¿o sí?
Siguiendo las recomendaciones de la nefróloga no voy a tomar cerveza mientras veo los partidos; ¡Ah! pero eso sí, me voy a preparar aunque sea una jarra de kool aid, una ensalada de pepinos y unos cacahuates “con chilito, sal y limón”, como anuncia el vendedor de cocos.
Si oyen que grito como loco, no se asusten; esto será producto de mi euforia cuando nuestra selección anote gol; y si me ven cabizbajo o retraído no me pregunten por qué, a lo mejor se exponen a que les sorraje un tiznadazo, de coraje.
Les pido a mis hijos que durante los próximos 30 días se las averigüen como puedan con sus “cositas”. No voy a tener tiempo de traer el almuerzo ni la cena; y a los expendedores de periódicos les digo que no se molesten si llego tarde con el periódico. Ya saben por qué.
Si no me ven rondar por las mañanas, o por las noches, por el centro de Ahuacatlán, por los pasillos de la presidencia, por Jala o por Ixtlán, no se asusten; se han de imaginar dónde debo estar. ¡Claro!, en mi casita, viendo el fútbol.
Apelo también a la comprensión de Blanca y don Rafa y obviamente de mi patrón, porque no se si me alcance el tiempo para escribir mis tonterías; y también ya saben por qué.
Y bueno, sin querer queriendo, logré por fin llenar este espacio. Ahora les suplico que me dejen descansar. Llegué cansado de Tepic. No quise reposar de momento para “requemarme” el partido de Brasil y Croacia. Ganaron los primeros 3-1, pero justo en este instante soy presa de la “hueva”. Así es que, ¡Güenas nochis”!
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