- SE REALIZÓ CONFORME A UN RITUAL QUE MARCA LA LEY DE LA MATERIA.
IXTLÁN DEL RÍO. – En una respetuosa ceremonia encabezada por el presidente Pepe Alvarado, se llevó a cabo la incineración de la bandera que durante varios años permaneció en resguardo de la presidencia municipal, para ser sustituida por un nuevo lábaro patrio.
El acto de referencia se realizó en la plaza “Eulogio Parra”, contando para ello con la presencia también de la presidenta del DIF municipal Edith Guadalupe Alvarado, síndico y algunos regidores, además de funcionarios y trabajadores del actual Ayuntamiento.
La ceremonia fue atestiguada también por los supervisores de las zonas escolares 18 y 19 del nivel primaria, José Álvarez Rodríguez y Francisco Hernández Aquino, además de la profesora María Guadalupe Ramírez, quien acudió en representación de la maestra Custodia Pérez, Jefa del Sector 6 de Educación Primaria.
De igual forma se contó con la presencia de estudiantes de la escuela primaria “Benemérito de las Américas” y de la secundaria general “Lázaro Cárdenas”, destacando por supuesto la participación de la banda de Guerra de la Treceava Zona Militar
La incineración de la bandera se sustenta en el Artículo 54 bis de la “Ley sobre el Escudo, la bandera y el Himno Nacional”, donde se asienta que “La Bandera nacional que haya sufrido un deterioro, debe sustituirse”.
Para tal efecto se contó con la presencia del Capitán Segundo, Alfredo candelario Rodríguez, quien acudió en representación del comandante de la Treceava Zona Militar, el general, Leopoldo Quezada Ávalos.
Entre la asta de bandera y el Portal Redondo se colocó una tumbilla o brasero y ahí fue colocada la bandera para su incineración, no sin antes hacer notar que las cenizas deberán ser resguardadas o enterradas como un simbolismo de regreso a las entrañas de la Patria, “porque la bandera nacional es un objeto sagrado que, incinerado y transformado en polvo, vuelve a sus orígenes”.
En su intervención, el presidente municipal Pepe Alvarado señaló que esta ceremonia tuvo el sentido de cumplir con un protocolo en que las cenizas de la bandera retornarán a nuestra tierra.
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