Apenas finalizó mes de marzo, mes del 90 Aniversario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido del cual muchos auguran su “muerte política” y próximo a renovar su dirigencia nacional, con convenio y participación –cabe resaltar– del Instituto Nacional Electoral, así anunciado en su recién Consejo Político Nacional de aniversario efectuado el 27 de febrero pasado.
Ante el próximo anuncio de la convocatoria, muchos nombres se han mencionado para dirigir al PRI. Algunos han anunciado su legítima aspiración; otros la han declinado, a la labor nada fácil, pero de sobra importante de liderar al partido creador y formador de las instituciones y sistema político actual, que con su presencia en los estados con cada uno de los gobernadores –actualmente el gobernador priista de Campeche, es el presidente de la CONAGO–, en sus municipios y ayuntamientos priistas y en su representación en la Cámara de Diputados y Senadores que aunque disminuida en la aún reciente elección del 2018, tiene voz y voto para ser tomada en cuenta en las decisiones legislativas y las aprobaciones por “mayoría calificada”.
Es pues la elección del próximo dirigente del CEN del PRI, sin apasionamientos, pero con visión; un referente a futuro, en lo político, lo social y lo económico ante el avance del Gobierno Federal y la llamada “Cuarta Transformación”, en su plan de gobierno.
Por ello, como priista, orgulloso de mi militancia, ante una elección interna de tal magnitud, expreso que no se debe dejar de lado, primero, el refrendar nuestro compromiso y militancia priista.
Segundo, recordar que primero debe ser el plan y luego los dirigentes; pues es la labor institucional y el aporte de la militancia los factores que le dan fuerza y soporte a nuestro partido, que en la actualidad es oposición a nivel nacional.
Y es que si bien, el PRI nació del poder, ya ha sorteado también desde la oposición el reto de recuperar espacios y regresar a ser el partido nacional en el gobierno; pero para ello primero se requiere un plan, pues si no se definen los objetivos, ideales, programa de acción y definición de en donde se está y a donde se va, estaremos a la deriva de las circunstancias.
El esfuerzo de la actual dirigencia encabezada por la senadora Claudia Ruiz Massieu y el Srio. General Arturo Zamora, se ha enfocado precisamente a darle certeza no sólo a la militancia de un proceso democrático, sino también de hacerlo en base a un plan bien definido, tomando en cuenta a las bases, con adoctrinamiento ideológico, la capacitación política, la gestión social responsable, escuchando de sectores y organizaciones como se piensa trabajar de manera institucional para que el PRI se mantenga unido, fuerte, activo, vigoroso en todas sus decisiones políticas para que no haya sorpresas ni reclamos a futuro, mucho menos desbandadas.
También se deben erradicar los personalismos, los futurismos o candidaturas políticas anticipadas, porque son precisamente esas actitudes, las que han llevado al PRI a la frustración, al autoengaño, a la desilusión y a la auto exclusión de la militancia.
A futuro, como se construye en el presente, se necesita rumbo, se necesita un plan y para un buen plan, lo que el PRI necesita, es además de elegir un dirigente sensato y leal, cercano a las bases y a su militancia. Creo que hay y habrá PRI para rato. #SomosPRI #PuroPaDelante
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