
Hojeando mis apuntes universitarios, me encontré con una reflexión contada por el Padre “Chencho”, mi maestro de francés. La transcribo aquí; claro con algunas adaptaciones, a manera de consejos.
Pero me gustaría que los pusieras en práctica. Nada más te pido un poco de concentración. Interiorízate a ti mismo. Toma un momento para ti; y si te es posible, hazlo mientras escuchas una música suave.
Imagina que te encuentras en un lugar de la naturaleza, un sitio que conoces desde hace mucho tiempo, una playa, un lugar de la montaña, la plaza de un pueblo típico.
Concéntrate. Está amaneciendo, atardeciendo. Te encuentras solo, escucha los sonidos del viento; incluso percibes el aroma de la naturaleza. Disfruta durante unos segundos de este momento, visualízalo.
De repente, a lo lejos ves un niño, una niña que te llama la atención. Tendrá unos cuatro o cinco años. Caminas hacia él, hacia ella, y mientras más te acercas te das cuenta de que ese niño o niña eres tu ¡Qué sorpresa! Mira como te mira, como te sonríe. Te dan unas ganas tremendas de abrazarlo, de abrazarla. Lo haces, la tienes o lo tienes en tus brazos, en tu regazo.
Mira qué cara llena de ilusión, de alegría, de esperanza. Qué ganas enormes de jugar, de… Escucha como te habla, ¿Qué te dice? Disfruta de este momento, regálate unos minutos. Pero, ¡Qué bonito, qué bonita es! Está lleno, está llena de vida ¿Verdad?
Al cabo del rato, decides volver a dejarlo en el suelo y te despides con enorme cariño de él o de ella. Le dices adiós con la mano. Ves como no deja de sonreírte. Saborea este instante. Ahora abre tus ojos.
La vida, sin quererlo, nuestros padres, la sociedad, nosotros mismos, hemos dormido a este niño o niña que todos llevamos dentro; como nos canta Joan Manuel Serrat, la vida nos ha ido diciendo: “Niño deja ya de molestar con la pelota, que eso no se hace, que eso no se dice, que eso no se toca”.
Ese niño o niña sigue estando vivo dentro de cada uno de nosotros, sigue estando lleno de creatividad, de ilusión. Tiene unas enormes ganas de seguir jugando. Está esperando a que todos los días le des un abrazo, le sonrías, le cuides. Él, ella quiere hacer muchas cosas, desea que saques todo el enorme potencial humano que llevas dentro.
Discussion about this post