Punto de vista
J. Guadalupe Sánchez Jaime
Fiel a su particular estilo autoritario, el gobernador del estado destapó, por conducto de su esposa Charo, a su delfín Roberto Sandoval, como candidato de la “Ola Roja” al gobierno estatal.
Con este acto de clásico madruguete, el gobernante rompe con el compromiso de su anunciada neutralidad en el proceso de selección del PRI; poniendo en riesgo la unidad de las fuerzas políticas que militan dentro de ese instituto político.
La ex presidenta del DIF estatal afirmó que Sandoval es el mejor posicionado en las encuestas electorales. Pero muchos ciudadanos preguntamos: Cuáles empresas encuestadoras las realizaron, y, quién las pagó. Pues todos sabemos que los encuestadores dan elevadas cifras de popularidad a quien les paga.
La primera dama aseguró un anticipado triunfo para Sandoval por el hecho de ser apoyado por “La Ola Roja”; afirmación que queda en entredicho, toda vez que Joselyn Fernández perdió la elección del segundo distrito federal electoral en 2009 frente a Martha Elena García Gómez, aún cuando tuvo el absoluto respaldo de “La Ola Roja” y el DIF estatal.
Cabe por otra parte aclarar que la popularidad no es garantía de triunfo. López Obrador era más popular que Calderón y resultó derrotado. Ese es un ejemplo indiscutible.
El candidato del PRI debe surgir de una amplia consulta con los sectores, corrientes políticas y organizaciones del partido; estructuras estatales, municipales y seccionales.
Debería ser un elemento con una sólida preparación académica y una amplia experiencia política y administrativa; que tenga una clara visión estratégica para resolver los graves problemas de salud, pobreza, desocupación, deficiente desarrollo agrícola, ganadero, pesquero y la creciente inseguridad.
Porque una imposición con miras al continuismo más allá del 19 de septiembre del 2011, le puede provocar una segunda derrota al partido tricolor.
Lo conveniente será que Humberto Moreira Valdés, presidente electo del CEN del PRI, tome en sus manos el proceso de selección del candidato; escuchando los distintos estratos de la militancia partidista, para garantizar la unidad y el consecuente triunfo electoral el próximo tres de julio.
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