Querido lector:
En el mundo hay diferentes tipos de diccionarios, están los generales que definen palabras de la lengua española, los bilingües que traducen, enciclopédicos que hacen referencia a diversos campos del saber, los gastronómicos y médicos también llamados técnicos, de sinónimos y antónimos y hasta uno del Diablo escrito por Ambrose Gwinet Bierce. Entonces, entre tanta diversidad, ¿por qué no existir un diccionario poético que exprese la belleza creada y hasta la increada? La poesía abraza a todo ser, está latente en cada sistema del cuerpo, en el dolor y la alegría, en cada acción y reacción. Un diccionario poético colaboraría en la definición de la cotidianidad mundana para adentrarse en la exaltación del alma ahogada que busca salir.
A partir de esta publicación mi columna contendrá la sección Palabras de Luz quincenalmente. Espero que tus días se iluminen en el amanecer poético.
A
Abuelo/a:
Árbol de venas profundas.
Acordeón:
Oruga ronca.
Agua:
Llanto acumulado.
Ala:
Caricia de ilusión.
Alabanza:
Vuelo del alma.
Alcachofa:
Piña del pasto.
Alcancía:
Almeja satisfecha de geometría.
Algodón:
Maíz encendido.
Alma:
Nota en lo inerte.
Almendra:
Gota elevada.
Amigo:
Talismán de ciegos.
Amor:
Deseo purificado.
Ángel:
Canto divino cristalizado.
Anillo:
Hula hula de falanges.
Ánimo:
Salto silvestre.
Anteojos:
Lupa de mundos.
Antojo
Salpicadura del deseo.
Año:
Recital del Eterno.
Apatía:
Cielo muerto.
Araña:
Fábrica natural de hilado/ ganchillo y estambre automatizado.
Árbol:
Alquimista forestal.
Arco iris:
Tendedero solar.
Armonía:
Luz en calma.
Arpa:
Filamentos celestiales.
Arte:
Fantasía revelada.
Asterisco:
Pulga erizada.
Aura:
Sombra caleidoscópica.
Avión:
Águila metálica.
Toda persona puede comenzar a hacer su diccionario poético, sólo hay que ayudarse de la observación y el oído, anotar las palabras que broten del entorno y dejar que el alma fluya.
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