IXTLÁN DEL RÍO.- José de Jesús González Mercado de 68 años y quien fuera hijo de J. de Jesús González Rodríguez y de Guadalupe Mercado Estupiñán, originarios de Zacatecas falleció en la madrugada de este miércoles en una clínica de la ciudad de Guadalajara. Un cuadro complicado de varias enfermedades le privaron la vida y su capilla ardiente se encuentra en la calle Silvestre Moya 129.
Jesús deja recuerdos y huellas porque fue uno de los pioneros de la charrería en nuestra comunidad, el deporte mexicano por excelencia, que junto con Quico Acosta, Santos Ramírez, Hugo Hernández, Luis Hernández, Armando González, José Villanueva, Roberto Arellano, Rafael Mercado, Ventura Guzmán, Valentín Meza, Paulillo Sánchez, Samuel González, Quico Sánchez, Manuel Acosta, “El Toto “ Salazar, Valente Salazar, Jorge Lerma, “Chigüil” Acosta, Francisco Ponce y sobre todo Chalío Ponce, los cuales con sus pasiones demostraron valentía y técnica para el jineteo de toros y posteriormente la prestancia y gallardía como charros en el redondel de madera, sin coleadero, que estaba instalado en aquel llano sin bardas, y con la seriedad que se requería.
Al tiempo en el pequeño lienzo de la colonia Cristo Rey realizando toda clase de suerte como el jineteo de yegua; de toro; piales en el lienzo; “cala “de caballo; manganas a pie o a caballo; y el temible paso de la muerte. Invitados los de Magdalena y Ahuacatlán para compartir retos, atrevimiento, habilidades y sabiduría popular.
José de Jesús combinaba su tiempo y trabajo entre largas temporadas como Chef en el casino Circus Circus de la ciudad luminosa de Las Vegas y su otra actividad en la compra y venta de ganado bovino y porcino en su terruño. Casado con Caritina Castañeda tuvieron a sus hijos Lupita, Natividad, Jesús, Antonio, Rafael y Caritina. También tenía la concesión, 35 años de antigüedad, del famoso bar “El Charro” que le salvó a los beodos de los nervios y la desesperación para que surtiera efecto las dosis en el vaso y mentes ante el martirio que provocan las bebidas.
El bar con sus espejos y botellas como parte de la cultura y la tradición. La música, los recuerdos y la melancolía que contagian a los cuerpos y almas en busca del tiempo perdido.
Vecinos míos durante mi infancia por la calle Jiménez 18, cuya casa olía a campo, sogas y leche recién ordeñada y con espuma. Sus hermanos Mercedes, Delia, Teresa, Samuel, Guadalupe, Humberto, José María, Luis Antonio en el trajinar de los años cuando “Chemilla” se convirtió en un amigo, trabajador y que contaba historias de las semillas y la tierra.
Aquí se encuentran conmovido el dueño del bar “Silvias”, don Fernando González; “El Chino” Ramírez, Rodo del bar “El Parral” los cuales esperan la llegada del féretro para acompañar a la familia en su dolor.
La misa de cuerpo presente será en la tarde en la iglesia de Santiago apóstol al redoblar tristes las campanas en señal de duelo. Nuestro pésame a toda la familia.
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