El que muchos periódicos locales, en su modalidad digital, alrededor del país, incluso del continente hayan tenido que convertirse en amarillistas o chayoteros, aderezando con notas macarrónicas o embetunadas el acontecer de la vida sociopolítica, no solo es responsabilidad de los ejecutivos que tienen que obedecer las reglas del márquetin digital en los juegos de la trampa mediática. Si no termina de asimilarse que desde Gutemberg con la imprenta hasta Zuckerberg con el Face existe el requisito del sesgo en mayor o menor medida para afiliarse al llamado cuarto poder, no podremos avanzar en ningún análisis ni verter opinión alguna que esté fuera de contexto.
Del otro lado de la moneda hay un público que consume, y lo hace vorazmente, consume el morbo ajeno con disfraces filantrópicos, consume el sadomasoquismo maquillado desde la ventana, el espectáculo de lo que sea capaz de entretener primero y de informar después. Los disparates más absurdos para enfocar la realidad en que vivimos corren a millones de bites por la fibra de la gran data ya en infodemia. Para muestra un botón. La pasada balacera en Guayabitos tuvo un alcance de más de 12 mil vistas a menos de ocho horas de subida la información que por cierto los periódicos no generaron. ¿No les parece una bocanada monstruosa?… así con otras tantas tonterías telequinesicas y viscerales; y lo mismo sucede con las exequias de tal o cual personaje del municipio. Los patrones oscilan bien claros: del morbo a la sensiblería, fácil de encontrar por el algoritmo que decide para que cada cual vea lo que quiere… o hasta lo que necesita. Los accidentes, la muerte, el escarnio, son los que elevan más el fuste del rating; la cifra del público snuff ha aumentado considerablemente alrededor del mundo tecnotrónico por encima de la industria porno, la demanda del contenido gore está en la vanguardia del entretenimiento inconsciente y esa es la veta del cerebro parasimpático que se explota.
¿Quiénes son pues los que han deconstruido los portales informativos y para qué?
Nada mejor que ser juez y parte en una sociedad virtual. La prueba de que después de odiar y disparatar existe una congratulación, son estos tiempos de campañas electoreras… terminan anegando en donde apuntaron su primera repugnancia para tener una conversación en la que, por ejemplo, se habla de plurinominales como hablar de repechaje futbolista o reintegro de lotería si todavía se tiene la ingenua esperanza.
Hay una doble moral: cuando se trata de hacerse campaña recóndita, enlodazarse con gritos y baños de pueblo, acude uno maliciosamente a ellos, como cuando se tiene un vicio igual a la amante, al mayate o al criko… pero cuando se trata de informarse va uno cándidamente a La Jornada como a un templo donde se guarda sagrado silencio.
Si les patrocinan los ayuntamientos, si les pagan un comercial los locatarios y comerciantes de sueños guajiros empresarios, si tienen o no el visto bueno de las mafias, es algo que el seguidor tendría que elucidar en cada publicación. ¿Lo hace? No. Y justo esa es la relación que mantienen con el poder, en todo tiempo en todos los niveles.
Ahora bien, para esgrimir una opinión en estos tiempos tendría que ser ante todo un análisis criminológico. Porque un patrón, llámese ayuntamiento, patrocinador, mecenas, público, etc. que desborda los límites medulares de su propia mediocridad así lo requiere. Los números son tajantes, según Forbes México, llegamos al filo de la elección con 88 políticos asesinados en toda la república, solo en el transcurso de este proceso electoral; 29 de los cuales iban para presidencia municipal. Sin contar amenazas, extorsiones o pactos ¿Cómo llegan pues los candidatos? ¿Cuánto es lo que se puede decir verdaderamente?… en tales condiciones ¿Qué es lo que presupone elegir?
¿Qué queda de honorable en un ayuntamiento cualquiera donde todas las practicas retorcidas del poder: peculado, nepotismo, prepotencia, corrupción (por citar las menos graves)… se han llevado a cabo en total impunidad? ¿Qué queda donde gobernar fue una simulación mal lograda hasta llegar a la meta final del cinismo?… el vacío.
¿Qué queda donde nadie sabe, con propiedad y precisión, cual es el monto de la deuda económica municipal; ni directores ni cabildos, ni ciudadanía? ¿De dónde viene a donde va, a quien se debe y por qué razón?… caos.
Y para colmo ¿Qué queda donde las opiniones de madame Bovari en redes sociales “es un honor pertenecer a su equipo” y la lengua suelta del Transito callejerito tuvieron mayor peso que los documentos insospechados?… indigencia.
Dejar la mano extendida para pedir monedas; la boca abierta, cretina, para aceptar consejos del que sea, es lo que dejan como signo de alienación popular. Asumir los cargos y la silla presidencial en tales condiciones de pobreza requiere o aliarse con el aparato del crimen o prácticamente inmolarse como mártir.
Toda la zona sur está inmersa bajo la impedimenta. No olviden ustedes que el señor presidente del XLI ayuntamiento en Ixtlán dejó “en banda”, es decir en vacío, sin justificación alguna, por más de dos semanas, la municipalidad, entre otras gracias muy suyas… y que técnicamente el precioso de Jala subastó cuanto se hizo en cultura turismo e inversión a los tiburones del álica, bajito la mesa ¿de quién es el hotel Nukari… y la marca Valle Nayarit? más agudo ¿Quién tiene el dinero suficiente para invertir con tal magnitud en estos tiempos de crisis económica y sanitaria? La mafia señores, la mafia del poder político.
Y en Ahuacatlán no es que el diminuto XLI ayuntamiento esté colapsando hacia este lastimoso final dentro de un contexto estadista; ya estaba desarticulado desde un principio. Y es así porque históricamente hay un vacío de poder que solo lo han llenado las alianzas con el crimen (desde Nuño de Guzmán hasta la fecha) y por eso el pensamiento de su clase política no puede salirse de la línea conservadora.
Un pueblo donde la señora que siempre se viste de amable magenta, sacándole la cuenta, lleva veinte años metida en los pasillos y bambalinas de la presidencia. ¡Veinte años!… apuntalándose aquí y allá; cuando no de regidora, de directora, cuando no plurinominal, de primera dama. Y ninguna bandera ha levantado (ojalá lo hiciera), todo ha sido bajo pretexto ya de sindicato ya de equidad de género o por el último partido que contribuye a humillar y ofender.
Es el único municipio de la zona sur que padece un candidato postulado para presidente por tercera vez, cuya táctica de precampaña en todo tiempo fue promover el hambre a través de su red de coyoteros y zopilotes tirando las reses volcaneñas, de desecho, sobre la necesidad de las comunidades siempre olvidadas. Creyendo que con las megalomanías venecianas y demás accesorios de chaquira para glamourizar la pobreza en que vivimos, repitiendo los mismos vicios porfiriatos de la hacienda y el latifundio mercenario, es hacerle favores a la historia regional.
Y no se escapa la ciudadanía con los aspirantes a la gubernatura que invocan adagios bíblicos y citas papistas para su partido sindical de corriente socialcristiana, mostrando el cobre de su orfandad ideológica, pero que practican la coacción vertical en el ejercicio de un autentico y licito cacicazgo. Con esas maneras serían capaces no solo de instaurar un remoto porfiriato sino de restaurar la monarquía Iturbisdista con la gracia de dios y el pueblo vestido de colonia otra vez.
Ya lo ha dicho la vox populi en las calles y en las redes, la metáfora no es mía, ni mucho menos de título personal; votar por ellos, es votar por un perro que se traga su propia vasca… ellos son la vasca, luego por democrática mayoría, nosotros el perro. Bizarro.
Si esto no es una prueba del conservadurismo con el que Ahuacatlán y la zona sur junto con aquel, balbucean su propia existencia política, entonces no sé, entonces dejo que usted concluya el análisis en su propia casa y le juegue al inspector Gadyet desde su roída democracia partidista.
Discussion about this post