AHUACATLÁN. – Las dos plazas públicas, solas; los puestos de “vendimias”, solos; la presidencia municipal, sola; las calles de los cuatro barrios y las siete colonias, solas. De pronto, y aún en pleno mediodía, Ahuacatlán se ha visto desolado en los últimos días. Pareciera un pueblo fantasma y solo los “borullos” de uno que otro “desvelado” que acude a la zona centro se escuchan de vez en cuando.La situación fue más palpable el lunes. La afluencia de personas que acuden hacia el centro histórico disminuyó notoriamente. Poca gente se vio por los portales. El billar no tuvo afluencia, lo mismo que las dos o tres tiendas de autoservicio.
La razón parece ser única: el desplazamiento de los peregrinos que se trasladaron a Talpa de Allende, Jalisco; pero otro factor pudiera ser el fuerte calor que se ha resentido en estos últimos días; aunque la mayoría se inclina por lo primero.
Y es que son casi mil peregrinos los que se movilizaron hacia aquel famoso poblado jalisciense con la finalidad de rendirle tributo a la virgen, la virgen de Talpa.

Los primeros peregrinos partieron poco después de la medianoche del jueves, caminando, apoyándose cada cual en su “burrita” para recorrer brechas o caminos hasta acumular cinco jornadas.
Después se desplazarían otros peregrinos “de a pie”. Luego los ciclistas, motociclistas, jinetes y gentes que fueron a recibirlos utilizando sus propios vehículos o en autobuses especiales.
Este martes se concentrarían en la entrada de Talpa para luego participar en la peregrinación rumbo al templo; pero su ausencia dejó desolada a esta ciudad, cuna del ilustre Prisciliano Sánchez.
Algunos regresarían esta misma noche. Otros emprenderán el retorno para mañana miércoles o incluso el jueves, por lo que todo volverá a la normalidad a partir de este fin de semana.
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