Zona sur, marzo 09.- (Francisco J. Nieves Aguilar).- Entre los “mitotes” políticos y la espiral de violencia que invade a la mayor parte del estado inició ayer la Cuaresma, por lo cual, las autoridades eclesiásticas de Amatlán de Cañas, Ahuacatlán, Jala e Ixtlán del Río, hicieron un llamado a toda la sociedad a vivir con sentido de caridad.
No fue pues un miércoles ordinario el de ayer, día medio de la semana. En silencio y con una expresión delatadora de reflexión, decenas de personas ingresaron a las iglesias de estas demarcaciones para abrazar la tradición de la Iglesia católica “polvo eres y en polvo te convertirás” y se retiraron con la cruz de ceniza marcada en la frente, símbolo de arrepentimiento y reafirmación de la fe católica.
Mientras que un caballero, con bordón en mano ingresó con cierta dificultad al templo parroquial de Santiago Apóstol para escuchar el mensaje del sacerdote, otra señora –utilizando la puerta lateral—se introdujo a este recinto religioso con un niño en brazos y otro de la mano.
Antes, una mujer de noble rostro estuvo impregnando de ceniza a los feligreses que acudieron al templo, entre 11 y una de la tarde.
Adentro estaban los fieles, rezando en voz baja. Vestidos de ropa casual, tenis, zapatos o huaraches, la grey católica recibió con humildad la ceniza que los exhortó a reconsiderar cómo han llevado su vida.
Este miércoles de ceniza hubo celebraciones en distintos horarios en los templos de la zona sur del estado. Las filas al centro de las iglesias eran formadas por amas de casa, algunas que dejaron prácticamente los guisos en la lumbre sólo para recibir la ceniza. Estudiantes de todas las escuelas acudieron al salir de sus clases, y por única ocasión, muchos hombres de campo se quitaron el sombrero para persignarse al pisar el suelo del templo.
Para la señora Antonia Ramírez, quien acudió al templo de San Francisco de Asís, en Ahuacatlán, la necesidad de recibir la ceniza “es algo que nace del corazón”… Al decir esto, la voz de Antonia se quebró mientras sus ojos parecían brillar al punto del llanto. “Cada semana acudo a misa y para mí esto es muy importante”, finalizó.
Casi corriendo, entró Norma González a la Basílica Lateranense “Para estar bien con uno y con el prójimo necesitamos estar bien con Dios, por eso es importante venir”, aseguró mientras presurosa apartaba su lugar en la fila.
Pero tanto para niños, jóvenes o adultos, llegó el tiempo de la conversión, del arrepentimiento, del ayuno y la abstinencia. Por eso la advertencia de los sacerdotes fue clara: “arrepiéntete y cree en el Evangelio porque polvo eres y en polvo te convertirás”
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