Para qué negarlo. Siento que me he quitado una pesada loza de encima. ¡Un mes completito de insomnio!, presionado por los asuntos políticos, ¡Uffff! Esos candidatos me hicieron sudar la gota gorda. Me acostaba y veía puras camisetas blancas. A media noche aparecían las rojas.
Pero la campaña terminó; gracias a Dios ya falta muy poco para que finalice también el mundial. Ya estamos en cuartos de final. ¡Cuántas sorpresas verdad! Fíjense, yo pensé que España e Inglaterra llegarían a esta fase, pero pronto los despachamos a casita.
Pero en fin, ahora la mente está un poco más despejada. Las noticias de la radio no nos atraen tanto ya. Las encuestitis ya son un cero a la izquierda. Las declaraciones de los candidatos se acabaron ¿A poco no te saturaron? Que Roy, que Polo, que Pepe, que Marisol, que Mario, que Güicho, que Chuyín., Carlos, Elsa, Pablo ¿No te indigestaste con tanta información? A mí sí, igual que como seguramente sucedió con Jolumeca, mi estimado colega periodista.
Bueno, seguro quedaste harto de los encabezados de los periódicos; pero para colmo de males, a escasos dos días de las elecciones, aún no sabes por quien vas a votar. ¡Qué dilema!, ¡Qué di-le-ma!
¿De verdad será tan importante tener que ir a votar el domingo?; ¿Qué sucedería si en lugar de cumplir con tu derecho ciudadano, decides quedarte en cama todo el día y ver el resumen del mundial, bailando por un sueño o la señorita Laura? ¡Noooo!, ¡No hagas eso!, ¡Tienes que ir a votar!
Luego escuchas que alguien te dice en tu interior: “Pero, ¿Por quién?”, si ninguno de los candidatos te convence realmente. Y por más que tengas le mejor voluntad del mundo, cuando escuchas sus propuestas no les crees nada. Tienes la impresión de que sus palabras son huecas, que sus conceptos ya están muy manoseados.
Sin embargo no te puedes desentender de algo tan fundamental para tu estado, para tu municipio. Sería una irresponsabilidad inaudita. Sería como huir, como escapar de una cita que irremediablemente tienes que cumplir. No te lo puedes permitir. Jamás te lo perdonarías.
“Entonces, ¿Qué puedo hacer?”, te preguntarías. No encuentras la respuesta. Si fueras con el doctor Víctor a lo mejor te diría: “Tómese estas tabletas para su neurosis; a lo mejor para el domingo ya va a estar usted bien”.
Y si te decidieras a ir con un sacerdote, ¿Qué crees que te aconsejaría?“¡Ah!, deja el problema en manos de la Virgencita de Talpa y ve al Cerro de Cristo Rey para que le reces tres Aves María”. Y si tu insomnio es bastante arraigado pudieras ir con el yerbero de la esquina: “Mira tómate ocho gotitas de “Me vale madre! ¡Son buenísimas!”.
Total; es evidente la neurosis que con motivo de las elecciones de éste domingo 06 de julio agobia a los Nayaritas. Pero esto pronto va a acabar. Terminó la campaña. Durante las últimas semanas afloró el “altruismo” de los candidatos. Qué bueno que les hayan dejado algo… una despensa, láminas, cemento, Etc. ¡Qué bueno que nos hicieron pasar ratos amenos con la Banda Cohuich, con la Sonora Dinamita, con El Coyote, y en fin…
Hay que darles las gracias por esos “apoyos” de los candidatos. Disfruten de los regalos que les dieron, ¡Pero voten por quien les de su regalada gana!, ¡Faltaba más!
Y ahora sí, agotada la sobredosis de campaña que nos impusieron y después de haber dicho lo que tenían que decir y hasta lo que no, los señores candidatos deben cerrar su boca para ceder el escenario a los verdaderos protagonistas de éstas elecciones; porque ahora somos nosotros quienes tenemos el poder que nos otorga el voto. Así que no nos queda de otra… ¡A votar se ha dicho!
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