Además de los actos religiosos, una característica inconfundible de estas festividades son los numerosos vendedores que llenan atrio del templo que se sitúa en el cerro de Santa Catalina.
IXTLÁN DEL RÍO.
Apenas recuperados del sobresalto causado por el paso del huracán «Lidia«, los habitantes de Ixtlán ahora vuelven su atención a la celebración de Cristo Rey.
Esta festividad alcanza su punto culminante el último sábado y domingo de octubre, y los organizadores están acelerando sus esfuerzos para asegurar que los asistentes disfruten al máximo de estos eventos que comienzan nueve días antes del último domingo del mes en curso.
La devoción a Cristo Rey ha sido una tradición arraigada en Ixtlán durante generaciones, y la comunidad se prepara con entusiasmo para honrarlo.
Uno de los momentos más significativos de esta celebración es la peregrinación hacia el cerrito de Cristo Rey, donde se espera ver hileras de personas subiendo la colina para rendir homenaje y ofrecer sus oraciones.
Además de los actos religiosos, una característica inconfundible de estas festividades son los numerosos vendedores que llenan atrio del templo que se sitúa en el cerro de Santa Catalina. Desde cañas de azúcar hasta cacahuates y otras fritangas, la oferta culinaria es amplia y deliciosa.
Los aromas tentadores y los sabores tradicionales hacen de esta fiesta un atractivo ineludible para los visitantes y locales por igual.
Las festividades de Cristo Rey en Ixtlán son un testimonio de la fe y la unión de la comunidad, así como un recordatorio de la importancia de preservar las tradiciones culturales en tiempos de desafíos.
A pesar de los obstáculos recientes, la determinación de los habitantes de Ixtlán brilla en su preparación para esta celebración anual que promete ser un evento inolvidable para todos los asistentes.
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