IXTLÁN DEL RÍO.- Su apellido es Contreras. Su nombre, quien sabe, “Si se los digo, ¡me chingan!”, señala con franqueza.
Es un hombre de trabajo, sencillo, dedicado totalmente a su familia y a las faenas del campo.
Hace días tuvo un problema con un agente policiaco; sin embargo no ha querido “hacerla de tos” por temor a represalias.
En días pasados – refiere – fue exhibido por un policía carente de criterio y capacidad. ¿Estatal o municipal?… ni él mismo lo supo, en un hecho que, según él, se ha vuelto costumbre.
Por terceras personas conocimos que el señor Contreras había acudido, como cotidianamente lo hace, a recoger a su hijo quien estudia en una escuela nocturna, cuando en eso se le acercó un elemento de la policía quien, sin mayores explicaciones, le realizó una “revisión” en todo su cuerpo ante la mirada morbosa de las gentes que en esos momentos se encontraban ahí.
No hubo revisión para nadie más, contó. El policía fue directo con él, causándole un gran bochorno, puesto que nunca se había visto involucrado en cuestiones policiacas o de tipo jurídico.
La revisión tardó como ocho minutos para que al final el agente se retirara sin ninguna explicación y respondiendo en tono prepotente y autoritario a quien hoy se siente ofendido.
El quejoso, según eso, había pedido una explicación al policía y como respuesta encontró soberbia y altanería, e incluso desafío.
Desorientado, molesto, buscando razones por las cuales fue exhibido, el señor Contreras jamás encontró ninguna explicación a este atropello; por eso, al parecer se ha decidido a interponer una denuncia ante la Comisión Municipal de los Derechos Humanos, “y ver qué es lo que se puede hacer”.
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