No se lo digan a nadie, pero aquí entre soy un pésimo adivino. Si fuera este mi oficio de seguro no tendría un solo cliente. Pensé que en el vientre de mi hija Anahí se gestaba un bebé varón; sin embargo erré, porque… ¡Será niña!
Está será mi segunda nieta. Los otros tres son varones. Es la quinta ocasión que me hacen abuelo. Pero si piensan que ya estoy viejo, les diré que están equivocados. ¡Me siento más joven que nunca! Además, ¿qué son cuatro quinces y un dos? Por favor, así déjenlo. No saquen cuentas.
Después de cuatro meses de embarazo nos dieron a conocer el género del bebé que concibieron Joel y mi hija Anahí y esto ocurrió en una reunión familiar que organizó nuestro talentoso compañero y grandísimo amigo, Rubén Becerra.
A las 5:00 de la tarde se programó este encuentro que se efectuó en una confortable finca que se sitúa al noreste de Ahuacatlán y desde ese momento la adrenalina empezó a alborotarse. Nerviosos e inquietos estábamos todos los ahí presentes. Juntas ambas familias; los López Hermosillo y los Nieves Cosío.
El silencio inundó el espacio cuando observamos que una Jeep roja se estacionaba a unos metros del inmueble. A los pocos instantes vimos que Joel y Anahí traspasaban la puerta.
Mi hija no se la esperaba. Muchísimo se sorprendió al ver ahí a nosotros y a sus suegros, así como a hermanos y hermanas, cuñados y cuñadas, sobrinas y sobrinos. No lo pudo evitar. Por sus ojos dejó escapar sus lágrimas, una, dos, tres y más veces. Momentos conmovedores.
Luego Rubén inició con la dinámica, como preámbulo para la revelación del sexo. Se contó su historia, el inicio de su relación como novios. Se exhibieron fotos, se marcaron “pistas” para que Joel y Anahí pudieran conducirse hasta el final y así conocer el género de su bebé.
A cada uno se nos entregó un calco de pergamino para que en él escribiéramos lo que imaginábamos que sería: niña o niño. La opiniones se dividieron, pero los que pensamos que sería niño resultamos malos adivinos. Yo fui uno de ellos. Sin embargo mi felicidad por ese nuevo ser que viene en camino no la puedo ocultar. ¡Será niña! y ya desde ahora la llevo en mi corazón.
Ya con esto me despido viejo pudiera yo estar pero si me dan cariño ¡Acepto diez nietos más!
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