- Habitantes en asentamientos humanos del oeste de la ciudad dicen que proviene de la granja de Alpera.
AHUACATLÁN.- Entre las siete y las once de la noche comienza a percibirse el hediondo olor a excremento. Desde la parte oeste de Ahuacatlán llega el tufo. Muchos se lo atribuyen a la granja de Alpera ubicada frente a la comunidad de Copales, a 2 kilómetros de la cabecera municipal.
Otros más creen que se trata de la Laguna de Oxidación. Pero el olor es más parecido al de un pollo remojado, como cuando se echan a estas aves al agua hirviendo para quitarles las plumas.
Como quiera que sea, los habitantes de Ahuacatlán, particularmente quienes viven en el barrio de El Chiquilichi, la colonia Demetrio Vallejo y Prisciliano Sánchez, han manifestado su temor de que el maloliente aire que viene del poniente les afecte la salud.
Y es que es común que a las autoridades de salud y a las de ecología se les pase el inspeccionar a estas granjas en los procesos que siguen para deshacerse o tratar los desechos de estos animales. Muchas veces el método más rápido y económico para limpiar los corredores en donde están los pollos es a base de chorros de agua que van a parar al arroyo.
Mientras tanto las quejas se siguen multiplicando.
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