IXTLÁN DEL RÍO.- Con 56 años a cuestas, don Javier Nolasco regresó ayer a su domicilio cargado de energía; feliz, contento y totalmente satisfecho por haber experimentado por primera vez el equinoccio de la primavera en uno de los sitios más emblemáticos de Ixtlán, como lo es la zona arqueológica de Los Toriles.
De paso, el señor Nolasco aprovechó la jornada para deleitarse con el festival artístico y cultural que se realizó en ese espacio y que fue organizado por el Ayuntamiento en coordinación con la Dirección Municipal de Arte y Cultura.
Don Javier llegó a Ixtlán procedente de Ahuacatlán a eso de las nueve y media de la mañana. Vino exclusivamente a eso; es decir, a recibir la primavera y a deleitarse con el referido festival, junto con su esposa e hijos.
Al igual que como ocurrió con la mayoría, para trasladarse a “Las Ruinas”, don Javier aprovechó el transporte que de manera gratuita ofrecieron las autoridades a quienes quisieran asistir.

El festival, por cierto, resultó mucho mejor de lo que se esperaba. Decenas de personas fueron las que desde las nueve de la mañana acudieron a la zona arqueológica de Los Toriles a fin de presenciar esa amplia gama de espectáculos autóctonos de la región.
El folklore en toda su expresión: música, danza, bailes, remembranzas, todo eso en un mismo evento, correspondiéndole al propio presidente municipal, José Antonio Alvarado Valera, hacer la declaratoria inaugural, en conjunto con el Delegado del INAH en Nayarit, Othón Yaroslav Quiroga.
Fue relevante la participación de la danza autóctona Quetzalcóatl que transportó a los asistentes a épocas pasadas. Muchos aplausos arrancó por su parte el ballet Nunutzi y las intervenciones del cronista Pablo Torres y del doctor Manuel Avalos.
Además, Luís López, “El Borrego”, alegró el acto con canciones de su autoría haciendo alusión a los distintivos más importantes de Ixtlán.

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