- Lucila dice que fumó desde los 14 años, ahora que tiene 35 años de edad, indica que le queda poco tiempo por vivir producto de su adicción al cigarro.
ZONA SUR.- «Me llamo Lucila; tengo 35 años, soy divorciada y tengo una hija de 9 años que es todo para mí. Fumo desde los 14 años y voy a morir dentro de 6 meses de un cáncer de pulmón que me descubrieron hace un año”.
Esta es la terrible y patética historia que cuenta esta mujer y sirve para ilustrar los daños que ocasiona el tabaquismo.
“Es horrible, lloro sin parar y me odio a mi misma por mi tontería”, señala Lucila, quien siempre se negó a dejar el vicio del cigarro. “Yo me decía… de algo hay que morir, pero nunca pensé que fuera tan pronto”.
La confesión es preocupante; y se emite justamente hoy que se celebra el “Día Mundial sin Fumar”, fecha en la que se habrán de realizar en la zona sur una serie de actividades tendientes a la difusión para la prevención de éste terrible mal que ha matado a millones de personas.
El tabaco, según eso, contiene sustancias como alquitranes y elementos radioactivos que producen cambios en las células del cuerpo originando enfermedades como bronquitis crónica, enfisema pulmonar, problemas gastrointestinales, infartos, cáncer pulmonar y cáncer de laringe, boca, esófago, vejiga y páncreas.
Se dice que en el caso de las madres fumadoras, éstas tendrán niños de bajo peso, además de enfrentar riesgos de partos prematuros, abortos espontáneos, incremento de la frecuencia de placenta previa y hemorragia durante el embarazo.
Así mismo el tabaco puede ocasionar daños a las personas que están cerca del fumador – fumadores pasivos –, “ya que el humo contiene cinco veces más monóxido de carbono y tres veces más nicotina que el cigarro; y esto ocasiona daños como, dolor de cabeza, tos, irritación de ojos y vías respiratorias superiores.
Como medidas preventivas, los médicos recomiendan entre otras cosas, “informar acerca de las causas por las cuales se comienza a fumar, como son, la aceptación social, el sentirse mayor, el ocio, el estrés, la presión de los amigos, la necesidad moral y el reforzamiento por parte de las campañas publicitarias y evitar que los padres fumen delante de sus hijos”.
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