IXTLÁN DEL RÍO. – Luis y Yazmín, de 8 y de 10 años, acudieron el pasado domingo al edificio del PRI municipal. En la víspera habían recibido una invitación donde se les comunicaba que recibirían un kit de útiles escolares.
Se presentaron a la hora indicada; y efectivamente, a eso de las 12:00 del mediodía cada cual recibió cinco cuadernos de buena marca, un juego geométrico, colores, lápices, borradores, sacapuntas y bolígrafos. Regresaron a sus casas contentos presumiendo estos útiles que mucho les servirán para ir a la escuela, ahorrándose por lo tanto un gasto que de otra forma sus padres tendrían que erogar.
Pero, así como ellos, fueron casi 300 alumnos, entre niños de primaria y secundaria, incluso del nivel medio, los que acudieron al citado edificio para recibir su respectivo paquete de útiles escolares.
Lo anterior fue producto de una donación hecha por el arquitecto Hugo Villagrán, quien expresó su voluntad y preocupación por ayudar, aunque sea con “un granito de arena”, a la educación de los niños de Ixtlán, aligerando por lo tanto la carga familiar por los gastos escolares.
Este es el quinto año consecutivo que Villagrán dota a los niños con un kit de útiles escolares. El domingo fue en la cabecera, pero estas acciones continuarán en la presente semana en las distintas comunidades del municipio, como lo anunció el propio arquitecto, hasta completar alrededor de dos mil paquetes.
Antes de iniciar con la entrega, el arquitecto Hugo Villagrán emitió un mensaje a los niños y madres de familia ahí presentes y dijo que con esto le daba cumplimiento a una promesa echada a cuestas desde hace mucho, y que no se necesita ser candidato o funcionario público para ayudar a la gente.
“Yo – dijo – lo hago con todo el corazón; lo hago porque me gusta ayudar. Ahorita no son ni tiempos de campaña y tampoco tengo un cargo público; pero tengo un compromiso con ustedes y lo voy a cumplir y así vamos a seguir ayudando a la gente”, finalizó.
Sobra decir que no fueron pocas las madres de familia las que agradecieron públicamente este gesto del arquitecto, en tanto que los niños beneficiados corearon varias porras.
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