ZONA SUR. – Ilsi Yackelin se asustó cuando divisó hacia el norte. “¡Se llevaron el volcan!”, dijo, con asombro y medio en broma. La pequeña se refería al volcán El Ceboruco, el cual de pronto se volvió invisible. Únicamente se observaba una intensa nube blanca en su lugar. En verdad parecía que se había esfumado.
El Ceboruco no daba señalas de vida; pero esa situación es la que se ha venido palpando desde hace días. La llamada “nube gris” ha opacado la visibilidad de ésta y otras zonas. Los cerros prácticamente no se ven.
Con olor a humo, la nube gris lleva días instalada en esta región, aunque eso sólo se puede percibir desde el amanecer hasta poco después del mediodía.
El fenómeno, dicen, es causado por el cambio de la dirección de los vientos que traen desde lugares cercanos y remotos el producto de las quemas indiscriminadas, pero también a los cambios climáticos y a la capa de ozono.
Desde la carretera es prácticamente imposible distinguir puntos como La Coyotera o El Tempizque, el Volcancito y El Pando, Los Altos de Pineda y Las Coloradas, ya no se diga los amplios llanos de la parte baja de Ahuacatlán y la región serrana que divide a los municipios de Jala y de Santa maría del Oro.
Las condiciones climáticas de la zona sur no son las más apropiadas. El calor arrecia y la atmósfera se torna cada vez más grisácea.
Especialistas ambientales informan que las quemas de bosques y pastizales es el principal factor de la concentración de humo en la región; pero a pesar de la alarma y el susto que produce ver esta nube gris, hasta ahora no ha habido ningún pronunciamiento de las autoridades respectivas.
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