Días antes José Luís publicó en su muro de Facebook que ingenieros y arquitectos afirmaban que el costo de la obra del nuevo Mercado de Ixtlán del Río se había inflado o que se habían robado, por lo menos, 30 millones de pesos. Sin embargo, otra aserción que hizo fue la siguiente: “Así lo hicieron también las administraciones panistas que también saquearon el erario público en Ixtlán y del estado”.
El político petista no es la primera vez que hace una denuncia contra el PAN y con quienes comulgan con este instituto político; de hecho, antes de ser aspirante a la gubernatura por la alianza opositora, ahora denominada “Juntos por ti”, afirmó en varias reuniones que tanto “Layín, Polito, Toñito, Cota e incluso Navarro Quintero, tienen el mismo ADN: son neoliberales”, y agregó respecto al recién abanderado de la alianza de la que él forma parte, es decir, de Antonio Echevarría García, lo siguiente:
[perfectpullquote align=»full» cite=»José Luís Sánchez González» link=»» color=»» class=»» size=»15″]“Toñito es un buen muchacho. Yo no tengo nada en contra de él. A veces me parece hasta tierno e inocente. Pero aparece en escena como si fuera El Principito, como parte de la familia real de Nayarit que es la que tiene el poder económico y considera que también debería tener el poder político, y casi como un derecho divino aparece en escena queriendo que todos los vasallos vayan y le rindan pleitesía…”.[/perfectpullquote]
Esta posición revolucionaria la había sostenido el luchador social y fundador de casi un centenar de asentamientos humanos en Nayarit a lo largo de toda su trayectoria; sin embargo, este año José Luís Sánchez González ha ido cediendo ante aquellos a los que antes denunciaba con aplomo en sus discursos. Pero como él mismo lo expresó, su naturaleza es otra, su pensamiento político y su consciencia social es diferente, y así lo demostró con su lenguaje corporal, que, según los científicos, representa el 93 % de todo lo que comunicamos (el resto es verbal), durante el registro de Antonio Echevarría como candidato de la alianza “Juntos por ti”.
En el acto, dónde también estuvo Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN, y quien recientemente se vio envuelto en un escándalo por gastar más de 150 mil pesos al mes en viajes a Atlanta, EE.UU., José Luís se veía incómodo, distanciado de los demás, siendo el último en la fila y con las manos metidas en el saco mientras los demás alzaban la mano de contento. En los momentos de las loas y aplausos, el líder de izquierda hacía sus palmadas abajo, a la altura de la cintura. Se percibía claramente que no estaba conforme, como en cambio sí lo estaba su compañero Miguel González Ibarra, quien más convencido que José Luís, se tomaba fotos con el protagonista de evento; sin desparpajo, como si no le importara que el PT sea “el añadido” coyuntural de todas las alianzas con el PAN o con el PRI, según convenga el caso.
Es evidente el saco de fuerza en el que está metido Sánchez González. Él mismo lo ha declarado: el objetivo es sacar al PRI del gobierno. La táctica, los medios para alcanzar el fin, lo justifican otros. Los otros es preciso decir.
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