El tazole inunda calles y patios: Un problema que no cesa.
AHUACATLÁN.
Innumerables son las quejas que casi a diario resuenan en Ahuacatlán, desde el Barrio de El Chiquilichi, parte de El Salto y la Otra Banda, hasta la zona centro.
La causa de esta molestia es la constante caída de tazole —o hollín— que se desprende de la quema de caña, una práctica recurrente en la parte poniente de la ciudad.
Este problema no es nuevo. Cada año, por estas fechas, la situación se repite: al caer la tarde, los quemadores de caña prenden fuego a los cañaverales, lo que genera una densa nube de humo sobre el cielo.
Sin embargo, lo peor no es la neblina oscura, sino las partículas negras que descienden y ensucian calles, techos e interiores de los hogares, provocando la indignación de las amas de casa, quienes son las más afectadas.
Las afectaciones no son menores. Muchas mujeres han tenido que lavar nuevamente su ropa, ya que las trizas negras se adhieren a las prendas, causando molestias y un desgaste adicional de agua y detergente.
El Barrio de El Chiquilichi es la zona más perjudicada debido a su cercanía con los cañaverales, pero no es la única.
Otras áreas como la colonia Demetrio Vallejo, Prisciliano Sánchezy la 08 de mayo también padecen los estragos de esta problemática.
Las calles de estos barrios con frecuencia se ven teñidas de negro, obligando a los habitantes a limpiar una y otra vez sin encontrar una solución definitiva.

Ante esta situación, las madres de familia han alzado la voz, exigiendo que las autoridades llamen a cuentas a los dueños de los cañaverales para que se implemente una solución efectiva y se evite que este problema continúe afectando la calidad de vida de los habitantes de Ahuacatlán.
Mientras tanto, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo se permitirá que la quema de caña siga ensuciando y afectando la vida de cientos de familias?
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