Francisco Javier Nieves Aguilar
Una señora llevaba 10 años en una silla de ruedas. Nunca se había levantado desde esa fecha.
Se encontraba junto a dos de sus sobrinos, cuando de repente, uno salió tosiendo de la cocina y huyó rápidamente hacia la calle.
El otro sobrino sorprendido, se metió a la cocina e hizo lo mismo: salió tosiendo a toda velocidad hacia la calle.
La señora, se asustó. No sabía que estaba pasando y pensó “me van a dejar morir” y fue en ese momento, que se levantó de la silla, corrió y saltó una pequeña barrera de 20 centímetros que separaba la puerta de la calle.
Al parecer los sobrinos se intoxicaron un poco, pero del susto pasaron a la risa ¡No podían creer que su abuelita corriera y saltara!
¿Moraleja de la historia? Solo hasta que nos dejan solos, es cuando actuamos. La silla de ruedas simboliza algo a lo que nos aferramos y nos impide avanzar en la vida. Una relación que ya no funciona. Un trabajo que no nos gusta. Quejarnos ante otros para obtener su lástima y evitar enfrentar el problema.
Te aclaro, esto no es un cuento, Fue una historia real.
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