Report-arce
5.- La tarde fluye con magia y aroma de clavellina.
Regresamos y en el momento que llega la siesta, el adormilamiento, fluye la magia. El historiador de Topolobampo nos narra de aquella gesta de la fundación de la colonia socialista en 1886, en las intricados problemas que tuvieron que resolver y sobre todo la obtención del agua dulce. Llegaron en navíos comandados por Owen como si fuera sacado de una novela clásica. Nos presentan una serie de fotografías de aquellos tiempos que me estremecen.
El siguiente ponente nos convoca al recuerdo con el corrido del Prieto Crispín, uno de nuestros personajes nayaritas y líder agrario que fue asesinado en 1944 por el rumbo de Villa Hidalgo y que le dijo a su gente: “ los hombres mueren pero los ideales nunca”. Luego sigue Cosalá de su fundación y trayectoria del real de minas por el profesor Ricardo Santos, viene lleno de poesía porque de un pájaro que parece quetzal en el río de sal, de la obsidiana y fibra de maguey, con sus vivos colores verde blanco y rojo, me ilumina la imaginación.
Antes había participado Aurelio Morán con Jumatán y su planta hidroeléctrica. La fundación de Tecuala con la completa participación del ingeniero Ignacio Sánchez. Nuestro amigo y paisano, profesor Ernesto Parra cronista de El Fuerte que leyó sin ningún error de dicción y un volumen apacible que no aburrió, la historia de Mochicahui.
El cronista Rubén Arroyo Arámbul que nos presenta Ahuacatlán y el sortilegio del volcán Tonán, nos trae leyendas y el origen del barrio de la Otra Banda con su voz temeraria de un perfecto locutor que me da envidia porque ni siquiera micrófono necesita.
Nos informa de la fatalidad y las contradicciones del hallazgo de vestigios arqueológicos durante la construcción de la autopista de Jala a Puerto Vallarta y que a pesar de las protestas y propuestas de los vecinos, el INAH y la SCT de manera burda y déspota no conservaron ese lugar y el asfalto del desdén, el pavimento de la ignorancia no respetó el pasado, la rica historia de nuestro origen. Se acongoja Rubén. Nos van poniendo en la pantalla lo sacrílego en estos momentos caóticos de gobiernos miserables.
Llega la noche y me da hambre, buscamos cenar en un centro en penumbras, conservando todavía los silencios de antes. Vamos al mercado y en un local venden tostadas pequeñas de pollo frito desmenuzado. Sigo conversando con don Néstor de su ciudad que añora siempre y me sigue contando de personajes.
Tiene un aire en la forma de contar de mis dos amigos de estos rumbos, David Rodríguez de Ruiz y Marco Antonio Gómez de Pimientillo Tuxpan. La noche errática que casi no pude dormir por cosas que no puedo resolver. Los faroles que parecen espadas árabes tienen luces muy claras que se traslucen por la ventana a pesar de que se tiene cortinas amplias.
De nueva cuenta vamos a desayunar y me fijo que ya perdí en la quiniela de futbol. Nos prometieron que íbamos a ingresar a la casa que perteneció aquel gobernador muy peculiar que recibía a la gente hasta las cuatro o cinco de la mañana en el palacio de gobierno y que tomaba Bacardì solera: Emilio M. González.
Ya anciano se casó con una joven, llamada Verónica, de este lugar y se cuentan tantos mitos rurales como el que al morir el líder sindical de altos vuelos, ella a los siete meses murió y no se supo de qué. Esperamos entrar y nadie nos abrió. La casa contrasta con el paisaje abarcando toda una cuadra. Lástima, me hubiera gustado ver el estilo de vivir de don Emilio que mi padre lo admiraba. Estamos ya a las nueve con poco público cultural ya que algunos de Sinaloa partieron y otros de Nayarit también dejaron solos a los ponentes, en un gesto lamentable. Les hizo daño recibir su reconocimiento antes de tiempo.
Los trabajos presentados serán editados en un libro y se pide cooperación de mil pesos a los cronistas e historiadores para este fin que es algo loable. La última mesa fue muy interesante. Ernesto Gatica con Los Mochis, con la historia del ejido Jiquilpan, hombre de bigote y barba blanca con su sombrero, nos da a conocer su tierra de caña de azúcar. Eduardo Gómez, excelente demostración de conocimiento de Bahía de Banderas con el tema Santiago Temichoque, pueblo viejo.
Pablo Torres Sánchez, nuestro cronista que como es tan apasionado no leyó nada, nos trajo a las fiestas tradicionales de nuestro pueblo donde expone las diferencias y rivalidad de la religión y el gobierno civil hasta por las fiestas y espacios físicos. Don Néstor con voz serena se sabe tan bien lo de sus orígenes que me parece corto el tiempo durante su intervención sobre Acaponeta que significa lugar junto al río donde crece el frijol enredado en la caña de carrizo.
Finalmente Bernabé Alatorre en unos cuantos minutos y a velocidad impresionante no se equivoca cuando habla de su lugar Habalito del Tubo del municipio de Mazatlán.
Dos días y tardes agotadoras y eso que el tiempo no les alcanzaba para dar a conocer su tierra y su cielo de lugares que los imaginaba. Por último el regreso a comer en la presa. El prepararse para ser parte de la Crónica de Nayarit que me condiciona a ser mejor observador y con el alma puesta en el cuaderno que no se separa de mí, así como estos destellos de todos los presentes y ausentes.
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