La llegada del Señor de Acatique se convierte en una tradición cada vez más viva entre los jaleños.
JALA.
Las calles de Jala se llenaron de emoción, fe y recogimiento durante el Domingo de Ramos, marcando el comienzo de una de las semanas más significativas para la comunidad católica: la Semana Santa.
Con una serie de escenificaciones teatrales, los habitantes y visitantes revivieron la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, dejando un ambiente de reflexión y espiritualidad que caló profundamente en los corazones de los asistentes.
La representación de la Entrada Triunfal a Jerusalén fue el acto central de la jornada, simbolizando el inicio de una semana donde cada personaje, cada gesto y cada palabra rememoran la historia que da sentido a la fe de miles de personas.
Tras la bendición de Las Palmas y otras escenas cargadas de simbolismo, todas las miradas se enfocan ahora en un acontecimiento muy esperado por la comunidad: la llegada del Señor de Acatique, este miércoles 16 de abril, alrededor de las 7:30 de la mañana.

Procedente de la comunidad de El Ciruelo, esta venerada imagen será acogida por los jaleños para permanecer durante poco más de un mes en el municipio, donde se le rendirá culto con gran devoción.
Esta tradición, que ha ido ganando fuerza y participación con el paso del tiempo, representa no solo un acto de fe, sino también un símbolo de identidad y unión comunitaria.
Con cada año, la llegada del Señor de Acatique se consolida como una expresión religiosa profundamente arraigada, fortaleciendo el espíritu de los habitantes de Jala y convirtiéndose en un evento de gran relevancia para la región.
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