IXTLÁN DEL RÍO. – Fuera de luces, de sonidos estridentes y miradas tortuosas, las cinco candidatas al título “Srita. Ixtlán 2016”, se regodean entre sí. ¡Gozan al realizar sus ensayos!; se mueven con insinuante coquetería, sonríen, gritan, bromean, ¡Pero también acatan las indicaciones con mucho profesionalismo!
¡Bibiana!, ¡Camina hacia la izquierda!, se escucha decir a Christian, el ensayista; ¡La cabeza Natalí!, ¡Alza un poco más la cabeza!, sugiere Merari, auxiliar de este certamen.
Christian se lleva las manos a la cabeza y espeta “¡Chin!, ya la regué!”. Gajes del oficio. Y es que, abrumado por las prisas, el instructor omite un movimiento. Ríe a carcajadas a sabiendas que efectivamente cometió un error involuntario en los ensayos. Bueno, se escuda la otra asistente, “hasta al mejor cocinero se le puede quemar la sopa”.
Una, dos, tres, cuatro y más veces. Las cinco chicas miden el terreno. Las sesiones son intensas. Hay uniformidad en sus ensayos. Por momentos parecen fatigadas. Solo unos cuantos segundos de reposo y enseguida continúan con la práctica de las pasarelas.
Christian observa desde el fondo, ideando, calculando, haciendo planes e imaginando el diseño que utilizará para la escenografía del próximo sábado 03 de septiembre, fecha del certamen.
Las cinco candidatas cada vez adquieren más soltura, más conocimientos, mayor seguridad, “¡Ah mire!, ¡Qué porte la de aquella chica!, dice un fisgón, señalando con su índice derecho a una de las participantes; “Sí, y se ve que tiene personalidad”, exclama su acompañante.
En las imágenes adjuntas les presentamos a dos de ellas. Mírelas bien, obsérvelas y tome su propio juicio.
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