Francisco Javier Nieves Aguilar
Beatriz acostumbra dormir con la puerta cerrada. La noche de el lunes prefirió cambiar de rutina para dejar entrar un poco el aire a su recamara. Sus padres también estaban un poco “acalorados” y decidieron tender unas colchas en el piso de la sala para soportar mejor la temperatura.
La noche transcurrió y el termómetro siguió igual. Solo se sintió un ambiente “medio fresco” al llegar a la madrugada. La familia de Beatriz durmió poco esta noche; pero igual ocurrió en los días anteriores y en los que le han seguido.
El aire del ventilador no es suficiente para soportar el intenso calor por los últimos días. Tampoco ayudan mucho el tender las colchas en el suelo, ni siquiera en el exterior de las casas, a menos de que el viento sea benévolo y corra con fuerza.
Por las mañanas el clima puede ser más fresco; sin embargo, de las nueve a la diez en adelante empieza el martirio. El aire se calienta rápidamente, y aun bajo la sombra se siente un calor sofocante. La ropa se pega en el cuerpo y algunas gotas de sudor ruedan por le rostro de las personas; y todavía más cuando se permanece en el interior de las casas.
Mientras la gente busca una sombra a toda costa, los perros sacan la lengua y babean de vez en cuando por la desesperación. El calor molesta a todos. Las huellas del sudor se observan tanto en las blusas de las mujeres como en las camisas de los hombres. Todos tratan de poner distancia; con el cuerpo tan pegajoso, más nos vale; de lo contrario se puede sentir la humedad de la piel de otros.
En la calles, bajo los portales, en el parque, en la plaza, los vendedores de aguas frescas hacen negocio. La encargada de un puesto de paletas, aguas frescas y nieves que se ubica en uno de los portales de Ahuacatlán, explica que las ventas en las últimas dos semanas se han incrementado en relación a febrero, marzo y abril.
Rafael Vidal, de Ahuacatlán, dice por su parte que en los últimos días ha vendido mucho más cocos que en semanas anteriores. Los puestos de aguas frescas a veces se saturan tanto que a veces ni alcanza para todos. Los vendedores de frutas también están contentos por el incremento de sus ventas. El calor mientras tanto ¡No cesa!; ¡No cesa!
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