Ixtlán del Río, febrero 27.- (Redacción).- Radicado en un domicilio de la colonia Carmen Romano –otros aseguran que radica en la colonia Emiliano Zapata–, Alfredo Lizárraga por poco y se degüella accidentalmente, la tarde del sábado al intentar pialar un caballo por simple vagancia.
De algunos 11 años de edad, el chiquillo—conocido por algunos como “El Chaparrín”—jugueteaba en un corral junto con otros “amiguitos”, imaginándose tal vez que estaba en el mejor Lienzo Charro de la región, cuando uno de ellos, al parecer en forma intencional, “alebrestó” a una bestia a fin de que éste tirara el pial para tumbarla.
La soguilla fue a parar a los pies del caballo, pero en eso la cuerda se enredó en su cuello –del chamaco–, quien tuvo que actuar rápido para poder desprenderse de ella.
El mentado Chaparrín afortunadamente logró quitarse a tiempo la soguilla, aunque de todas formas no se escapó de sufrir una especie de quemaduras en la piel.
De ahí fue trasladado a una clínica médica para su atención, arrepentido seguramente e sus vagancias y de la preocupación que le ocasionó—con justa razón—a sus padres.
Por otra parte, aquí mismo en Ixtlán se reportó el ingreso a una clínica particular de otro menor de edad que había sido mordido por un bravísimo perro, en la colonia de El Llano.
“El gordo”, así es como se le conoce a este otro chiquillo, y, según se supo, éste caminaba por una banqueta para dirigirse a una tienda y comprar una bolsa de “Sabritas”, cuando en ese instante salió el animal, asestándole una furiosa mordida a la altura de la espinilla derecha.
Afortunadamente la herida no fue de consideración; sin embargo, ya se giraron instrucciones al dueño del perro para que mantenga amarrado al animal, ya que no es la primera vez que muerde a una persona. De lo contrario, le advirtieron: “El perro será sacrificado.
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