SANTA ISABEL
Múltiples muestras de solidaridad y condolencias son las que han estado circulando en las redes sociales en señal de duelo por el sorpresivo y lamentable fallecimiento del matrimonio que conformaban Daniel Rodríguez y Xiomara González, residentes del poblado de Santa Isabel, perteneciente a la geografía de Ahuacatlán.
Muy jóvenes aún, Daniel y Xiomara habían jurado amarse y respetarse hasta la muerte, pero ni esta logró separarlos. El destino hizo que ambos partieran juntos del mundo terrenal para seguir disfrutando de su amor aún en el más allá y seguramente desde algún lugar del cielo estarán cuidando a su bebé, la cual por cierto aún no sale del trance que la mantiene en cama, producto de ese nefasto accidente ocurrido anteayer, poco después del mediodía.
Tal y como lo dio a conocer El Regional a través de un video, Daniel, Xiomara y su pequeña hija viajaban a bordo de un automóvil sedán por la carretera Internacional, pero al llegar a la altura de la aviación –entre los cruceros de Zoatlán y La Ciénega- fueron impactados por una camioneta Thundra, dejando sin vida a ella, ahí mismo en el lugar de los hechos.
Daniel, en tanto, había sido trasladado al Hospital Integral Comunitario de Ixtlán, pero en el trayecto sufrió dos infartos, falleciendo minutos después, en tanto que su hija también fue conducida a un nosocomio con lesiones de gravedad, al igual que el conductor del auto.
Daniel y Xiomara fueron velados anteanoche y anoche en Santa Isabel, y a su velorio acudieron familiares, amigos y sociedad en general, de aquí, de allá y de más allá, contándose entre ellos a compañeros de él, pertenecientes a la generación 2014 y 2016 de P.A. en Terapia Física y Rehabilitación, de la UAN.
Su fallecimiento obviamente causó mucha conmoción en todos los círculos sociales de la región; por eso se vislumbra un sepelio muy concurrido que iniciará a partir de las nueve de la mañana con la misa de cuerpo(s) presente(s) que se oficiará en el Templo del Señor de la Ascención de éste mismo lugar, para de ahí ser conducidos hasta su última morada, en la misma tumba. DESCANSEN EN PAZ.
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