En accidentes de tránsito, incendios, riñas callejeras, desórdenes, manifestaciones, sismos, huracanes, deslaves, inundaciones, siempre están para dar auxilio en forma inmediata, preparada y organizada a la población. Pero, ¿Quién ayuda a la Cruz Roja?
Alguna vez leí que fue en 1910 cuando surgió la Cruz Roja mexicana, una institución de carácter voluntario, no lucrativa, cuya misión es ofrecer atención eficiente a la población en casos de emergencia.
Son médicos, enfermeras, especialistas, rescatistas, voluntarios, miles de personas que dedican su vida, su mejor esfuerzo, para brindar ayuda en el momento justo en que se necesita, como Rita Amaya y como Pancha, como Ariel y como Alba.
Verdaderos ejércitos educados en la tarea humanitaria, que no sólo proporcionan alivio, sino que actúan conforme a disposiciones legales vigentes, reglamentos y normas oficiales.
Es además, en el mundo, una institución neutral en caso de conflictos armados y en tiempos de paz. Pero, además, la Cruz Roja, según sé, capacita a la población, informa a las autoridades competentes y realiza actos jurídicos, de carácter civil, mercantil y administrativo, los que sean necesarios para cumplir con su objetivo social.
En su aspecto nacional, es una institución de asistencia privada, de utilidad pública, y cada año, todos podemos ayudarla.
Por eso mi exhorto a todos para que apoyemos a Cruz Roja a través de la colecta que inició hace tres o cuatro días.
A partir de entonces cientos de voluntarios están saliendo a las calles llevando en mano sus alcancías con la finalidad de recaudar fondos para la Institución.
Sin duda alguna la Colecta Nacional no sería “La colecta”, sin la participación de la ciudadanía, quien se suma a la causa a través del “Boteo” en las principales calles de las localidades, imagen que a través de los años se ha convertido en un ícono que identifica hasta nuestros días este importante evento, porque no hay persona en México que no haya escuchado las palabras “¿Gusta cooperar con la Cruz Roja?”.
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