AHUACATLÁN.— Una complicación orgánica múltiple fue lo que marcó el final del señor José Pérez, uno de los hombres más queridos y reconocidos de la región rural de la geografía de Ahuacatlán.
Conocido por muchos como “Chepina” –dicho con todo respeto–, don José Pérez tenía su residencia en la comunidad de Las Palmas, pero lo mismo se le veía conversar con habitantes de La Gloria o de Uzeta, de Marquesado o de Las Guásimas, de Santa Cruz de Camotlán o de Santa Isabel y así por el estilo.
El apodo le vino a raíz de su cercana amistad con el ex gobernador Rigoberto Ochoa. Fue él quien le endilgó ese mote y desde entonces mucha gente lo identificaba como tal.
Constantemente viajaba a los Estados Unidos atendiendo la invitación de sus hijos. Era viudo, pero al lado de su esposa Aurora Zúñiga logró formar una sólida familia conformada por María, Manuel, Berenice, Flavio y Raúl; todos de apellidos Pérez Zúñiga.
Su cuerpo fue velado en su domicilio de Las Palmas y ayer domingo fue sepultado en el panteón de Uzeta tras la misa de cuerpo presente que en su honor se le ofició a partir de las tres de la tarde. DESCANSE EN PAZ.
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