AHUACATLÁN.- Del Salto y de la Otra Banda, de La Presa y del Chiquilichi. Gentes de los cuatro barrios. También de las colonias Prisciliano Sánchez y Demetrio Vallejo, de la Ocho de Mayo y la Benito Juárez; lo mismo que de El Llano y de la colonia Emilio M. González. En fin, gentes de todas partes fueron las que, pese a la humedad y al fuerte frío que se resintió producto de la lluvia de horas antes, acudieron esta noche a la bifurcación de las calles Cuauhtémoc y Miñón para sumarse a la celebración de la Virgen de la Candelaria en esta cabecera municipal.
La afluencia, sin embargo, fue mucho menor a la de años anteriores; esto debido al frio y a la pertinaz llovizna que ha estado azotando en las últimas horas. Aunque para el efecto se colocaron unos grandes toldos.
El punto final fue la quema de un vistoso castillo de juegos pirotécnicos en el que se dejó ver, en todo su esplendor, la imagen de la Virgen de la Candelaria.
Durante la homilía, el sacerdote oficiante invitó a los creyentes a vivir en unidad y armonía; con esta fiesta de la advocación de la Madre de Dios.
“Primero con la Navidad, que es cuando celebramos el nacimiento de Jesús; luego con la Epifanía o Fiesta de Reyes, que sirve para traer a la memoria la manifestación de Jesucristo como Dios reconocido por los reyes que habitaron la Tierra; y finalmente con la fiesta de la Candelaria, el 2 de febrero, cuya celebración recuerda la presentación del Niño Jesús en el templo, después de cuarenta días de nacido”, señaló.
El origen de ésta fiesta en Ahuacatlán, data de finales del siglo antepasado, luego de que unos arrieros le dejaran la venerada imagen a una noble mujer, madrina de doña Pachita Mariscal quien, junto con su esposo Toribio, le dio continuidad a esta celebración, ahí mismo en su domicilio, ubicado por la calle Miñón casi esquina con Cuauhtémoc, en el populoso Barrio del Chiquilichi.
Al morir don Toribio y doña Pachita, la imagen quedó en resguardo de doña Chabela Espinosa, quien a su vez y apoyada por sus hijos, ha propiciado que la celebración se fortifique cada vez más; aunque esta vez el clima afectó su afluencia.
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