AHUACATLÁN.- Luego de batallar denodadamente contra la muerte, el corazón de doña Agustina irremediablemente se cansó, detuvo su marcha – es decir, paró de latir – y le produjo su fallecimiento cuando frisaba en los 97 años de edad.
Ella era esposa de don Ramón Munguía, quien a su vez era padre de aquel famoso y experto electromecánico del mismo nombre y apellido, fallecido hace alrededor de siete años mientras se comía unos tacos, junto a la unidad deportiva.
Don Ramón y doña Agustina fueron padres también de la señora Irma Munguía, mujer respetable que en su juventud regenteó una estética unisex, de las primeras que se instalaron en Ahuacatlán.
Por circunstancias del destino, la señora Agustina pasó los últimos años de su vida en algún lugar de los Estados Unidos, precisamente bajo el cuidado de Irma, su hija.
En realidad doña Agustina era nativa de Tepuzhuacán, municipio de Amatlán de Cañas, pero durante un tiempo radicó en Ahuacatlán, por la calle de Morelos, muy cerca del comisariado ejidal.
Una complicación orgánica múltiple produjo su fallecimiento, derivada también de su avanzada edad. DESCANSE EN PAZ.
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