- ÚLTIMA ENTREVISTA CON EL DOCTOR ROBERTO CORONADO PUBLICADA EL 30 DE NOVIEMBRE DE 2009.
IXTLÁN DEL RÍO.- Era el domingo 1 de noviembre al amanecer cuando el reconocidísimo doctor Roberto Coronado Rivera fue despertado por una urgente necesidad. Tenía ganas de orinar. Tratando de no hacer mucho ruido – para no despertar a su esposa Cuquita –, se levantó con la idea de encaminarse al baño, pero apenas había dado unos cuantos pasos cuando en eso fue presa de un fuerte mareo.
La cabeza – como decimos a veces – le empezó a dar vueltas y hasta a punto estuvo de desvanecerse. “¿Qué me estará sucediendo?”, se preguntó a sí mismo. Pensó en una posible parasitosis o en algún trastorno vascular.

De alguna forma logró recostarse, pero al siguiente día de nueva cuenta sintió los fuertes vértigos. Por eso, tan pronto como pudo acudió con la doctora Martha Parada, su sobrina, quien lo examinó minuciosamente hasta descubrirle un problema infeccioso en el oído derecho.
Con 94 años a cuestas, la salud del doctor Roberto Coronado empezó a desmejorar desde el primero de noviembre pasado. Sus fuerzas se vieron disminuidas, el insomnio se recrudeció y el apetito también se apoderó de él. No quiso acudir ya a las reuniones del Club Rotario y ni tampoco tenía ánimos para asistir con sus hermanos de la Adoración Nocturna. Ya no se le vio deambular por las calles ni manejar su Jeep verde.
El doctor Coronado perdió movilidad y para desplazarse fue dotado de un bordón y de una andadera, ¡Pero nunca perdió la lucidez! Su mente sigue intacta y sus dotes de poeta tampoco han sido afectadas… La última vez que compuso un poema fue precisamente el pasado 20 de noviembre en ocasión del 65 aniversario de su boda – un hermoso poema dedicado a su esposa Cuquita –.
Tres días después sostuvo una charla con este reportero, muy atenta y cordial por cierto. Así, el estimadísimo doctor Roberto Coronado recordó parte de su niñez, adolescencia y juventud, así como su vida profesional.
Nacido el 9 de agosto de 1915, el referido galeno cursó sus estudios profesionales en la UdeG, de donde egresó en 1942; y dos años después contrajo nupcias con María del Refugio Gallardo Martin, nativa de San Juan de los Lagos, Jalisco.
En aquella hermosa ciudad celebró su boda – justamente el 20 de noviembre de 1944 –, pero pronto regresó a Ixtlán del Río, su pueblo natal.
“Fue una cosa circunstancial – dice –, pues había venido a una fiesta organizada por mis amigos. ¡Y aquí me quedé para siempre!”.
Sus padres – afirma – fueron don Manuel Coronado Ávila y María Trinidad Rivera Hernández, de quienes aprendió los valores máximos del ser humano, como es la honradez, la sinceridad y el amor al prójimo.

Con Doña Cuquita procreó a ocho hijos, cinco varones y tres hembras: Roberto, Carlos 1ero. – fallecido a los tres años –, así como María del Refugio, María del Carmen, Carlos 2do., Manuel, Margarita y Guillermo.
Fue catedrático de la Prepa 06, así como de la escuela secundaria Amado Nervo; pero su mayor orgullo es haber salvado muchas vidas en su faceta de doctor. Cientos de pacientes acudieron ante él en busca de alivio, de aquí, de allá y de más allá. E igualmente fungió como jefe del Centro de Salud de Ixtlán, allá por 1943 y 1944, supliendo al doctor Roberto Acosta Ballardo y conformando una estupenda mancuerna con el bien recordado doctor Javier Uribe.
El doctor Roberto Coronado Rivera ejerció la medicina durante casi 60 años. Desde hace aproximadamente un lustro dejó de consultar pacientes, pero sigue con vehemencia componiendo poemas a la vida.
Sus fuerzas, se insiste, están ahora muy mermadas; pero parece ser que su infección en el oído está siendo superada y sus vértigos poco a poco van desapareciendo, aunque ya no es tan frecuente avistarlo en la calle saludando a sus múltiples amigos.

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