AHUACATLÁN
“¡El sábado me voy a la playa!”, exclamó jubiloso un trabajador de confianza del actual Ayuntamiento luego de acudir al cajero automático para enterarse que en su cuenta aparecía un reciente y jugoso depósito, deduciendo con ello que se trataba del ansiado aguinaldo.
Y, efectivamente, después de tantos días de espera y olvidándose un tanto de los tristes días de finales de diciembre, los empleados sindicalizados y de confianza recibieron esta percepción que por ley les corresponde, situación que, como es de imaginarse, los mantiene muy contentos.
Para solventar este gasto, las autoridades municipales encabezadas por el licenciado Agustín Godínez Villegas, junto con el Tesorero Jaime Llamas, se vieron en la necesidad de recurrir a un préstamo ante BANSI -una institución financiera tapatía-; pero debido a un contratiempo no había sido posible liberar el recurso, siendo hasta el pasado lunes cuando se hizo efectivo ese pago.
El retraso tuvo su origen en las deudas heredadas por los gobiernos anteriores y específicamente por el famoso adeudo de las lámparas led, situación que derivó en que a este Ayuntamiento se enlistara en el buró de crédito, dificultándose con ello el empréstito.

El cuadragésimo primer Ayuntamiento necesitó de poco más de tres millones de pesos para cubrir estos adeudos; pero con la condición de abonar cuando menos el 6% de su ingreso anual.
El asunto es que, tanto los trabajadores sindicalizados como de confianza cambiaron sus rostros de tristeza por rictus de alegría al saber que ya habían recibido su aguinaldo.
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