Fastidiado y para aminorar un tanto las tensiones de la semana, optamos por recorrer los cuatro barrios de Ahuacatlán, junto con sus colonias. Era de noche y para hacer un poco más emocionante el recorrido, decidimos evaluar aquellas fincas decoradas con luces navideñas.
En realidad esta inquietud había surgido desde hace algunos años; es decir, otorgar una especie de calificación a los inmuebles con mejores adornos navideños. Simplemente por diversión, o para matar el rato.
Sin prisas de nada nos enfilamos por las principales arterias de la ciudad y de esta forma nos dimos cuenta que este año hay menos casas adornadas. Pero si se tratara de imponer una calificación al mejor barrio con mayor número de fincas ornamentadas, sin duda alguna el primer lugar se le otorgaría al barrio de La Otra Banda.
Muchas familias que habitan por la calle Juárez adornaron exquisitamente el frontispicio de sus casas; pero eso mismo ocurre también con una buena cantidad de hogares de las calles Guerrero, Zaragoza, Manuel Doblado, Ismael Zúñiga y obviamente de la avenida 20 de noviembre.
El segundo lugar seguramente le correspondería al barrio de la Presa, donde también observamos a muchas fincas adornadas con vistosas cascadas y esas luces que se prenden y se apagan.
El tercer sitio se le otorgaría al barrio del Chiquilichi – ubicado al poniente de la ciudad –, mientras que en la cuarta posición quedaría el barrio de El Salto, pues es en este último asentamiento donde se aprecia el menor número de casas adornadas.
El recorrido tuvo una duración de hora y media aproximadamente, tiempo durante el cual pudimos deleitarnos con la alegoría navideña de la mayoría de los hogares. Sin embargo, hay dos fincas que llamaron poderosamente nuestra atención y ambas se ubican al oriente de la calle Aldama, en el barrio de La Presa, es decir, rumbo a la salida hacia Amatlán de Cañas.
Las fincas de referencia están recubiertas por miles de foquitos navideños, con figuras atractivas, ¡Todo exquisitamente decorado!; y, para ser sinceros, nunca antes habíamos visto algo como esto. Nos quedamos totalmente impactados.
Sin embargo y a fuerza de ser precisos, tampoco se queda atrás una finca que se localiza por la calle Aldama en el barrio del Chiquilichi, entre Reforma e Ismael Zúñiga, propiedad al parecer de la familia Almaráz Hernández.
De esta forma y si nos trasladamos a lo individual, el primerísimo lugar se le otorgaría a estos hogares. En realidad uno se queda extasiado contemplando ese mar de luces y adornos navideños.
La complejidad de los adornos navideños en los hogares de Ahuacatlán, es variada y en muchos de ellos se pueden apreciar las cascadas, lluvias de luces sincronizadas, renos, nacimientos del redentor, Santa Claus, y obviamente los árboles de pino.
Este toque navideño le ofrece a la población un momento de regocijo y deleite de un sinfín de luces que se aprecian en los domicilios particulares.
El estrés, las tensiones, sobra decirlo, desapareció como por arte de magia y una vez que apreciamos la alegoría navideña en los hogares.
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