Juan Arellano Ontiveros, un hombre de risas contagiosas y espíritu generoso, parte hacia otros confines.
AHUACATLÁN.
Las estruendosas carcajadas de mi amigo Juan Arellano Ontiveros eran inconfundibles. Eran tan sonoras que resultaban contagiosas, capaces de arrancar una sonrisa incluso en los momentos más grises.
Para nosotros, sus amigos, él era simplemente «El Epi», un hombre ingenioso y carismático, lleno de ocurrencias que podían mantener cualquier conversación viva durante horas.
Hoy, El Epi nos ha dejado. Ha emprendido un viaje hacia otros confines, donde seguramente ya se ha reunido con su hermano, el bien recordado Edgar Arellano, conocido como «El Pipiripau».
Durante los años que colaboré con ellos en «El Express«, construimos una relación de respeto y camaradería.
Cuando Edgar fue encarcelado, Juan tomó las riendas del periódico, y nunca dejó de apoyarme ni de defenderme cuando fue necesario. Su confianza en mi trabajo fue inquebrantable, y él supo siempre retribuir con justicia y generosidad.
La última vez que lo vi fue en octubre pasado, en Tepic, junto a mi querido amigo Miguel Ángel Labastida, «El Canciller». Con ellos estaba mi ex compañero de universidad Marco Antonio Herández Estrada (a) “El Chocolate”.
Conversamos como siempre, entre bromas y respeto mutuo, recordando momentos compartidos.
Días después, tuvimos contacto telefónico, y como siempre, su conversación estaba salpicada de esas puntadas sanas y libres de malicia que tanto lo caracterizaban.
El domingo me golpeó leer en un posteo de Labastida sobre el grave estado de salud de Juan. Su lucha fue breve pero intensa, y aunque se intentó salvarlo, la vida decidió llevárselo.
La noticia de su fallecimiento me llenó de tristeza, porque se ha ido un amigo entrañable, alguien cuya risa será extrañada por todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo.
Hoy me queda el consuelo de saber que sus carcajadas resonarán en algún lugar, alegrando otros espacios, mientras nosotros, aquí, lo recordamos con cariño y gratitud.
DESCANSE EN PAZ, JUAN ARELLANO ONTIVEROS.
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