Esto que les voy a platicar paso hace muchos años por mi pueblo en el mero Ixtlán del Río, por allá en los años 50; aunque en la modernidad del propio siglo XXI se repiten las cosas.
Don Magdaleno era un señor que vivía solo, no tenía familia; era instruido. Su tez era morena con rasgos indígenas; le daba un parecido a alguna etnia de Oaxaca. Por las calles piropeaba a las muchachas, pero no en forma grosera. Vestía de preferencia de color blanco, algo elegante. Usaba sombrero; poca gente del pueblo sabía de dónde vino y menos de sus familiares. Llegó e hizo vida en el pueblo.
Le gustaba platicar con niños y con jóvenes. Platicaba sus hazañas y mencionaba muchos lugares del país en donde decía que había desempeñado varios oficios. Platicaba además que había tenido esposa e hijos pero nunca mencionó el lugar de donde procedía. Al pueblo llegó solo y ya era adulto.
Conforme pasaban los días y ser avecindado de mi pueblo, fue conociendo el movimiento tanto social, cultural, educativo y político.
Antes solo funcionaban dos partidos políticos para las elecciones; y por allá a principios de los 60´s había un presidente municipal que llevaba al municipio hacia la prosperidad. Eso incentivó a don Magdaleno a propiciar un movimiento con los ciudadanos del pueblo. Les decía que él quería ser presidente municipal como “Don Tino”, o sea el presidente en turno; que posiblemente si el pueblo lo elegía, sería mejor que el mencionado.
Pues bien “Don Tino” terminó su periodo. El partido en el poder inició la campaña con un candidato para llegar a la presidencia municipal. A don Magdaleno nadie lo tomó en cuenta, ni siquiera pertenecía algún partido; solo se decía que ese señor estaba “loquito”.
Y sucedió que en mi pueblo llegó otra persona a ser presidente municipal. Don Magdaleno quedó con cuerda; ya no decía que quería ser presidente sino afirmaba que él era el presidente, pero como no le dieron el palacio municipal, él mandaría en su casa.
Los niños y jóvenes que platicaban con don Magdaleno le daban más cuerda y siempre lo saludaban como “mi presidente municipal”; cosa que ponía muy contento al señor, el cual les regalaba dulces y otras golosinas.
Esto que le pasó a don Magdaleno, puede ocurrirle a más de alguno de los políticos de ahora; los pueden dejar chiflando en la loma. El populacho de los municipios es muy ideático, sacan “carrilla” de estos procesos electorales.
Dicen que cuando vayas por la calle manejando tu carro, bicicleta o moto “ten cuidado no vayas a atropellar a un candidato a un puesto de elección popular”. Todos los partidos políticos dicen que traen candidatos; pero pasa a ser que en todos los partidos políticos tiene gente acelerada… bueno algunos sin partido que dicen que van sobre un puesto de elección popular. Los más asediados son las presidencias municipales, sindicatura, regidurías y en menor escala las diputaciones.

Hay quien le está metiendo un buen billete para lograr su fin; y más ahora que dicen que el electorado vota ya por el mono y no por el partido político.
Bueno, deseo que al político o aventado que quiera ser candidato a algo, le vaya bien; y a los que no se les haga, tengan listo pasiflorine o ecuaniles para los nervios o de perdis el té de tila. Si no, al tiempo… al tiempo.
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