¿Qué pasa al obstinado viento que nos revela verdades de hiel y miel?…
Verdades claras, sencillas, duras, trascendentes que viajan cual partículas invisibles y poderosas develando secretos soterrados, ignorados, implacables escultores de los días.
Nadie escapa a su certera aparición; siempre cuando menos se le espera y justo cuando más se necesita como la oportunidad preciosa para continuar la senda más benéfica y asertiva.
¿A dónde podríamos ocultarnos para no ser tocados por ellas?
No se ha conocido mineral, metal o elemento capaz de almacenarles o aislarles. Sin distinción, hilvanan cicatrices en la mente, piel y alma del pequeño hombre sentipensante que habita, a penas, una diminuta miga del infinito universo. Sin embargo, son maestras dadivosas de la gama de sabores oscilantes desde el amargo al agrio y dulce. Esa es su estrategia para transfigurarle más allá de lo imaginable, tanto que, cual héroe perdido en las colinas de niebla; descubre en un instante destellante la sinuosa cuesta transitada durante toda su vida para llegar, simplemente, al subyacente mundo de la humildad.
Cae la máscara deslavada por gracia del tiempo, ojalá nos hallen de brazos abiertos, corazón atento, mente serena, alma sensible, paso firme, voluntad de hierro…y que sean las verdades de hiel y miel dispersas en el viento obstinado y honesto, la evolución de lo vivo y sempiterno.
Discussion about this post