A doña Natalia Cázares ya no le alcanza el “chivo” como hace algunos meses, por lo que se ha visto obligada a realizar algunos cambios, sobre todo en su alimentación.
Antes, según sus cuentas, con 500 pesos podía comprar y hasta darse el lujo de elegir qué aceite llevar a casa para sus comidas, además de llevar hasta un kilo de carne tipo cocido para su caldo y un pollo pequeño. Pero eso no era todo, también llevaba entre sus bolsa una cartera con hasta 30 huevos, un poco de jamón y algunos artículos para la limpieza de su hogar.
Ahora, esto ya no es posible. Su kilo de carne y su “pollito”, dice, se han convertido en “papitas y nopalitos”, pues no alcanza para más. “Aunque de vez en cuando, hacemos todo lo posible por comer carnita una vez a la semana, por lo menos para darle sabor a las papitas”, comenta sonriente la mujer mientras realiza sus compras.
La historia de Isabel Macías, vecina de la colonia Juan Zamora no es diferente a la de doña Natalia. Hasta hace algunos tres meses, dice, salía de casa con 500 pesos para comprar su mandado, en el que podía incluir casi de todo. Actualmente, ahora sale con 400 pesos “para comprar lo más indispensable”, pues además debe de considerar su pasaje de regreso a casa.
“No hemos tenido un chivo seguro, ahora uno compra una cosa y deja otra, antes de perdido uno se podía comprar frijol, arroz y algunas verduras, ahora puro frijol”, comenta preocupada la madre de familia y ama de casa.
Y es que además de surtir su alacena debe realizar otros pagos como: el recibo de luz, agua y el gas. “Todo está subiendo, pero no los sueldos, ésos siguen sin sufrir ningún cambio”, señala la mujer.
Juana Ríos es otra de las amas de casa que ha tenido que “apretar” un poco su gasto. A diferencia de los casos anteriores, Juana sale de casa con la misma cantidad de dinero. Compra lo mismo que antes, pero en menor cantidad.
Además de comprar lo más indispensable, Juana ha decidido no malgastar su dinero “no me gusta tener deudas, por lo que en casa, hemos decidido no comprar más que lo necesario”, recomienda la madre de familia, quien ha dejado a un lado los centros comerciales para realizar sus compras en la zona del mercado, lugar en donde asegura su dinero le rendirá un poco más.
Mary Saucedo comentó que ha aumentado el precio del tomate y las cebollas, por esta razón ya no quisiera incluirlas en su canasta básica, pero son muy necesarias.
Las zanahorias y lechugas son las que nunca bajan y ni siquiera en oferta se ponen, señaló Guadalupe Varela.
El aceite vegetal sigue siendo uno de los productos más requeridos en la cocina y de los que da dolor de cabeza al preguntar su precio, expuso Blanca García. “Ya la verdad no se pueden ni mirar los precios porque uno se asusta, siguieron aumentando y no han bajado, ni esperanzas, no sé a dónde vamos a parar”, expresó.
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