AHUACATLÁN.― Mientras usted se encuentra leyendo esto, varias decenas de peregrinos caminan lánguidamente rumbo a Talpa de Allende, Jalisco. A estas alturas muchos de ellos ya recienten el cansancio pese a tener algunas cuantas horas de haber emprendido el trayecto.
Las ampollas empiezan a brotar dificultando su paso. Las rodillas pierden fuerza paulatinamente. Las escoceduras impiden a algunos desplazarse con comodidad; pero allá van, paso a pasito, apoyados con su “burrita”; mochila al hombro, cachucha y paliacate para resguardarse de los rayos del sol.
Es el caso de los peregrinos de Ahuacatlán y todos se dirigen hacia Talpa de Allende, Jalisco, para venerar a la virgen de aquel lugar.
Desde ayer por la mañana se pudo observar a grupos de cinco a diez personas que emprendieron la marcha en diversas horas del día adelantándose al contingente que partiría en la madrugada de hoy, para después integrarse en un solo grupo en la comunidad de Las Cebollas y seguir luego con la travesía hasta llegar a La Cofradía, donde tendrán su primer descanso.
La gran mayoría partió de Ahuacatlán poco después de la medianoche después de haber asistido a una misa en el templo parroquial de San Francisco de Asís, llevando la bendición del Señor Cura Pedro Guzmán.
El recorrido, como cada año dura cinco días, contempla la incursión por los pueblos de La Cofradía, Copales, San Sebastián del Oeste, El Atajo, y, finalmente, a Talpa de Allende, donde los peregrinos arribarán para el próximo martes 6 de marzo, y en donde los esperarán los familiares y los amigos que no pudieron acompañarlos en su correría.
Entre los peregrinos se puede contar a algunos políticos y servidores públicos, pero en el trayecto se habrán de sumar muchas otras personas que optaron por desplazarse ya sea en remuda o en bicicleta.
Todos se encaminan muy contentos para llegar a Talpa; contando chistes y anécdotas, intercambiando opiniones, compartiendo alimentos, respirando aire limpio y fresco, disfrutando de la naturaleza, y sobre todo, llenos de gran fervor religioso por “La Chaparrita” de Talpa, como cariñosamente le dicen a Nuestra Señora del Rosario.
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