El Pueblo Mágico retoma su ritmo habitual después de la celebración religiosa y cultural.
JALA.
Tras el bullicio y la intensidad de Semana Santa, la serenidad regresa gradualmente al encantador Pueblo Mágico de Jala.
Las calles ahora fluyen con mayor facilidad, mientras que los comercios, fondas y restaurantes retoman su actividad cotidiana, al igual que las diversas actividades que caracterizan la vida del pueblo.
El corazón del pueblo, su zona centro, comienza a despejarse poco a poco, a medida que algunos residentes locales regresan a sus hogares, incluyendo a los «norteñitos», aquellos compatriotas que residen en Estados Unidos y que viajaron específicamente para participar en la representación teatral de la Pasión y Muerte de Jesucristo en la Judea.
Con el paso de los días, Jala recupera su tranquilidad habitual, aunque no sin conservar el eco de la ferviente devoción y las tradiciones que caracterizan la Semana Santa en este emblemático pueblo.
Es un momento para reflexionar sobre la profundidad de estas celebraciones y para apreciar la riqueza cultural y religiosa que define la identidad de esta comunidad.
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